Claudia Ruiz,
Manuel Antonio Estrada y yo nos parecemos en que nos gustan las indiadas aunque rallen en lo cachureco. Por ello, el siguiente cuento que para mí es sobre Jesús de Candelaria puede interpretarse en Claudia como si fuese la Soledad de la Escuela de Cristo de La Antigua Guatemala y en Manuel Antonio, Jesús de la Merced de la misma ciudad.
Para
mejor comprensión del lector, a continuación un tríptico fotográfico, cortesía
de La Casa de la Cultura de la Antigua Guatemala de la cual Manuel Antonio
Estrada es Presidente Constitucional y Claudia Ruiz, su Ministra de Relaciones
Exteriores. En el mismo los rostros de las tres imágenes:
Es
Jueves Santo de un año sempiterno, imaginario, enajenado.
Es
Guatemala. Es verano. Es la Semana en la que alumbra la cuarta luna llena del
año.
Es de
madrugada. Es mediodía. Es la tarde. Es la noche.
Muchos
no han dormido. Ni dormirán. Se quedaron en la calle confeccionando alfombras
de pino, aserrín y flores. Haciendo que los millones de seres humanos que
duermen sin un techo que los cobije se sientan menos solos.
Una
mirada de madera que nunca se extingue porque no tiene párpados es testigo
desde hace varias centurias de eso y más. Dicen que porque los sabe todo, lo
que se ve y lo que no se ve, llora los viernes a medianoche cuando ya nadie le
ve. Más de alguien le ha oído sollozar. Sin duda sus lágrimas son como sus
pupilas. Parece estar en la condena de ser inmortal y presenciar infinitamente ese
afán eterno que se llama hombre. Esa nada. Esos despojos. Esa idea...
Muy
temprano las campanas enmudecen. Ahogan sus repiques. Pero el Sol sale de todos
modos.
(INSTRUCCIONES
PARA EL LECTOR: En los espacios en blanco coloque el nombre de su predilección
y así haga a Manuel Antonio, Claudia o Augusto César personaje de este pasaje.
Diviértase jugando a que Usted también puede...), un cucurucho cualquiera (OJO:
En el caso de Claudia sería cucurucha. Lo masculino cambia a femenino), es despertado
por el ring relajero de un medido del tiempo. Bosteza más que otros días. Es
feriado. Quiere seguir durmiendo. Decide no pensarlo más. Se levanta. Se baña.
Se viste. (INSTRUCCIONES PARA EL LECTOR: El color de la ropa íntima no es
importante. Cuando se estipule en el reglamento del partido de los Géminis que
puede irse a un velorio de cualquier color pero calzones y calzoncillos siempre
serán negros).
Mientras
se pone la túnica morada (aquí si es importante el color porque es Semana
Santa), ve en la mesa que tiene al frente, fruta tentadora.
Son
manzanas. Se saborea. Se pone los atuendos que en blanco rememoran la
institución de I~ Eucaristía: Primero el cinturón... (INSTRUCCIONES PARA EL
LECTOR: En caso de Claudia es más fácil porque el vestido de las cargadoras es
como cualquier otro femenino). Sabe sentirá hambre todo el día... la
paletina... el casco... con la chibolita juguetona en la punta. Su boca llueve.
Se derrumba
en saliva. Si come una manzana nadie se dará cuenta. Pero debe ayunar en
penitencia.
Se
sienta a pensar en otra cosa. Ve un bulto entre sus piernas. Es su pene. (INSTRUCCIONES
PARA EL LECTOR: Claudia no tiene). Con sus dos manos lo empuja para que se
vuelva flácido. ¿Será el calor? Le duele un poco hasta que lo logra. ¿Será la
manzana?
Decide
no preguntarse más y se va rumbo a la Iglesia de Candelaria que le queda cerca.
Se detiene a admirar alfombras de arena, serrín, pino, flores.
Aspira
el olor. Se siente místico. Oye a lo lejos la marcha oficial, seña que las andas
fueron levantadas de su dosel. Se da cuenta que no podrá entrar a la Iglesia.
Llegó tarde y la multitud ni lo toma en cuenta. Decide esperar.
Alguien
se pone detrás. Oye una voz conocida y ve. No. No es su prima Judith. Pero ¿qué
hace aquí esa humilde mujer? Es doña Paca, la del mercado que elabora una
alfombra. Es extraño porque allí no pasará la procesión. El año pasado si pasó
pero este cambio de itinerario. Tal vez más tarde. Porque si no estuviera La
Engracia, la sobrina de doña Paca, ayudándole con tanto ahínco. Es ~es~ la
piedad de la anciana que la hacen confeccionar la alfombra antes de la noche.
Son los
materiales...
Se
agachó Engracia a arreglar el corozo. ¡Tan sin gracia! No le importa que le
miren el calzón. Es negro. No. No tiene calzón.
Otra
vez ______________se coloca las manos entre las piernas. (INSTRUCCIONES PARA EL
LECTOR: Para evitar los malos entendidos en el caso de Claudia) con ella La
Engracia tendría que ser hombre).
Como le
están viendo hace que le duele el estómago. Parece que se le mojó el pantalón.
Menos malla túnica es morada.
Allí vienen los ciriales.
Los
estandartes portadas por palestinos. Las filas interminables de cucuruchos que
hacen que la procesión sea una de las más grandes en su recorrido e
integrantes. El incienso. Oye "La Granadera", señal que Cristo Rey
abandona el Templo para volver a bendecir y caminar con la Cruz a cuestas sobre
las calles de la ciudad en la cual parece haberse detenido el tiempo en la
tradición colonial que va más allá. Que recuerda la Vía Sacra que recorrió
Jesús en su camino al Gólgota.
No. No
eres de carne y hueso Jesús. Apenas una escultura de las más bellas. Pero
entonces ¿por qué me miras así? Eres tierno a pesar que me gustan las manzanas
y se me para aquello más de la cuenta. (INSTRUCCIONES PARA EL LECTOR: Esto
último en el caso de Claudia no tiene sentido. Favor omitirlo).
_______________
se sonroja porque una anciana se le quedó viendo.
¿Habrá
adivinado lo que pensé?
¿Qué
significan las andas, joven?
iAy no
sé, fíjese!
Entonces
¿pá qué va a cargar? Usted está igual de loco que la tal doña Paca que cree que
Jesús va a pasar donde pasó el año pasado. Yo ya se lo dije. Pero como es tan
necia...
________________
no entra a las filas. Decide ver a la Dolorosa. Así que deja pasar el anda de
más de cien brazos donde va el Cristo de los ojos verdes (en el caso de la
Candelaria). Luego, la banda. Empiezan a desfilar las mujeres.
(INSTRUCCIONES
PARA EL LECTOR: Usted aquí en esta parte del relato puede dar rienda suelta a
todos los malos pensamientos que desee. Enriquecerá el relato). La anciana
admira el estandarte de la hermandad y dice que nada ha cambiado a pesar de los
edificios, el asfalto, los jeans, las naves espaciales. ¿Le duele el estómago,
joven?
No. No
se preocupe.
¡Qué paradójico!
Es Jueves Santo y el Viernes Santo se repite hoy.
Porque
el Viernes Santo se repite todos los días. A cada instante. Mientras el Universo
sigue latiendo y desangrándose de negligencias. El hombre es cristiano. Pero no
cambia. No trasciende ser una idea. Y Cristo, elevado a los altares, convertido
en Rey sigue redimiéndonos. Lo dijo la anciana.
Pasan
las andas de la Virgen, San Juan y María Magdalena.
Yo soy
la Virgen de Dolores, dice la anciana.
Todas
las viejas están locas. Esta está peor que doña Paca. El quería cambiar el
mundo como Jesús. Y me dejó sola. Por eso entiendo a la Virgen y me alegra
porque lo que yo sentí no sólo lo sentí yo. Usted joven, es Jesús.
¿Yo
Jesús?
Todos
los guatemaltecos son Jesús. Todos sufren. Usté está sufriendo ahorita porque
le duele el estómago.
__________________
se quita las manos entre las piernas. Ahora el lector ya entiende lo del dolor
de estómago en que tanto insiste la anciana.
Tú también
Señora nos sigues perdonando de ser victimarios, ladrones, asesinos, causantes
del hambre de los demás. De no reconocer a nuestro prójimo. De transgredir la
Ley del Padre. De no ser como tú. ¡Increíble! Es Jueves Santo y nada ha cambiado.
Estamos en un nuevo siglo… siguen crucificando a tu hijo. Poniendo en vez de
corona de oro, espinas en tus sienes. Y Tú nos sigues perdonando. Porque tu
corazón atravesado por la daga no mana sangre sino amor eterno. La procesión se
ha alejado. La anciana se pierde entre la multitud mientras sigue hablando con
la Dolorosa. Parece la Dolorosa. Es la Dolorosa. Olvidó que debía integrarse a
la procesión. Se quedó viendo al suelo los deshechos de la alfombra. Se quitó
los guantes blancos y tomó serrín entre sus dedos. Sintió que se tocaba a sí
mismo. Que estaba desperdigado en un mundo que ha crucificado a Cristo por
siempre. Un Cristo cuya mirada no podría borrar jamás de su mente.
…y la
Engracia y doña Paca seguían haciendo su alfombra. La gente se burlaba de
ellas. Engracia no tiene calzón. Doña Paca no tiene razón. La Engracia no tiene
calzón porque la Magdalena se lo quitó. Ella es de Escuintla. Allá donde el
clima, los hombres y las mujeres son más calientes. Es costa y todos sudan. El
Viernes Santo del año pasado a la Magdalena se le ocurrió no salir tras Jesús.
Primero dijo que había mucho calor. Pero la verdad es que le caía mal la
Engracia que la iba cargando. La antipatía se debía a que ella se encargaba de
arreglarla y nunca la peinaba como le gustaba. Magdalena quería un peinado como
el que le ponen a sus idems de la capital. San Juan trató de persuadirla. Le
hizo ver sus obligaciones de prostituta redimida. Para no seguir escuchándolo
le siguió la corriente hasta que el evangelista creyó haberla convencido.
Justamente cuando la Engracia iba cargándola decidió ponerse más pesada. Las
otras cargadoras al no poder avanzaron dejaron sola el anda. La Engracia estaba
enojadísima porque como ella era la encargada de la Magdalena se quedó
cuidándola. La procesión se alejó y, poco a poco, se quedaron solas en medio de
aquel camino de tierra. El año entrante -refunfuñó la Engracia- que todavía
tenía puesto el cazón-me vaya la capital y que te cargue tu madre. Le voy a ir
a ayudar a mi tía Paca a hacer su alfombra. Vos tenés la culpa por no hacerme
el peinado que te pedí. Como sos de corchera Magdalena. Pero eso sí. Si no
viene la grúa a traerte te dejo sola. Acordate que en los pueblos se están
robando las imágenes. Para la pena que a mí me da. En este camino precisamente
han violado mujeres en la última semana. De todos modos a mí no me pueden hacer
nada porque soy de madera. Pues aunque te arda el año entrante me voy a cargar
a la Magdalena de la Candelaria allá en la Capital. es más bonita que vos. Ni
modo si la arreglan bien. Si me hubieras arreglado como debe ser. Con los
listoncitos que te dije yo juera la mejor. Pero como te da envidia. ¿Envidia
yo? ¿De vos? iPuta! (OJO LECTOR: No es Tony Toffano. Es la Engracia). Cortesana
por favor, corrige la Magdalena. No. No hablo de vos ni de tu profesión.
Encabronada es que estoy. ¡Ya yo envidia! Pues si. Tu marido te abandonó porque
no te peinabas. Entonces dijiste que me ibas a peinar a mí para que se fuera
conmigo. Pero vos sabés que yo desde que conocí a Jesús sólo tengo ojos para
El. Una cosa te digo: Esto no se va a quedar así- nomás. Cuando la Virgen me
pregunte por qué me quedé en el camino le vaya decir que por tu culpa y la voy
a convencer para que hable con San Pedro, su Hijo, su Padre y su Esposo para
que te cierren definitivamente las puertas del Cielo. A ver ¿qué vas a hacer en
el infierno? Tan chirmolera que soso Ya no será porque te pusiste pesada. Pues
lo siento chula pero yo estoy mejor relacionada con ellos que vos. A mí me van
a creer. A vos, no. Ahora que si hacemos un trato las cosas cambian, mi reina.
Puedo mover mis influencias a tu favor. ¿Qué trato? Bueno, pues, que me peinés
como te dije. Le diré a la Virgen que por iniciativa tuya me arreglaste y yo
misma te entro al cielo cuando te mueras. Además, en el cielo te puedo
recomendar para vestir santos. Podrías poner una boutique y una peluquería. Lo
que pasa es que yo no tengo listones de satín. Ahorita lo único que tengo de
satín es mi calzón. Pues quítatelo y hacemos con él los listones. La Engracia
muy a su pesar cumplió con el capricho de la Magdalena. Cuando ya le había
puesto los listoncitos y hasta algunos moños porque la tela daba para eso y más pudo cargar el anda sola y carrereando
alcanzó la procesión ya que se había alejado algunos kilómetros de aquel camino
de tierra. Todos se maravillaron y comentaban que la Engracia era tan buena
-sin ningún pecado que había podido cargar sola lo que las otras en grupo no.
El regocijo era tal que la obligaron a cargar sola hasta la entrada de la
procesión. Magdalena feliz no hacía más que elogiar a la Engracia con San Juan.
A la Virgen no le dijo nada porque estaba abstraída en el dolor que le causaba
ver a su Hijo camino al Calvario. Pero cuando Jesús resucitara /e iba a proponer
que la contrataran como peinadora oficial del cielo. La Engracia este año se
vino a la capital. Pero no le quedaron ganas de volver a cargar y como no sabía
el itinerario de la procesión también creía que Jesús iba a pasar frente a la
casa de doña Paca que este año se esmeró más en la alfombra. Todos admiraban la
mejor alfombra del país. Hecha con polvo de oro, flores de plata y piedras
preciosas. iBilletes de a mil servían de marco!
Dicen
que
cuando uno tiene pecados se dobla más cuando va cargando. Pesa más el anda. Claro
que cuando le hacen trampa a uno como la Magdalena se lo hizo a la Engracia
aunque uno no tenga pecados se dobla sin razón! Y no es cuento porque cuando ______________
cargó le tocó al lado un hombre tremendamente malo. Tan malo era que casi todos
los demás cargadores temblaban de miedo. En cambio a ____________________ Ie
costaba. Pero no tanto. iPor algo Géminis!
Don
Rómulo era tan malo que llegó a ser Presidente Constitucional de la República
antes que el partido de los Géminis llegara al poder. A los 3 años ya había
cometido su segundo asesinato. A los 20 tenía su propia empresa de torturas
locales cuyo slogan publicitario era "si alguien le cae gordo, mándemelo...
". Degolló a su madre porque no lo dejó ir a una fiesta. Se vino huyendo a
la Capital donde se comió a su abuelita porque tenía hambre. Se jactaba de
haber enviado de viaje a sus tres hermanos. Les facilitó como nunca nadie lo
habría hecho su entrada al cielo. Y eso que aún no era Presidente. Cuando lo
fue prohibió las procesiones menos en la que él cargaba, la cual obligó a
llegar hasta La Palma. Así llamaban el lugar donde vivía.
Iba
entrando la pobre procesión a eso de las 2 de la mañana y nadie podía protestar
porque don Rómulo era capaz no sólo de ajusticiar a los miembros de la Hermandad
sino -de hacerle algo a las imágenes procesionales. El Cristo de Esquipulas era
blanco y como a él no le gustaba lo mandó a broncearse un poco sopena que si no
lo hacía pondría en su lugar a Maximón.
Nunca
había cargado. Hasta este año se le ocurrió. Tanto pesaba el anda que a los
carpinteros que la habían perfeccionado y a los decoradores les quedaban pocos minutos
de vida. Pero eran sus pecados. Tiró la arquilla para ver si podía sin ella. _____________
dejó de cargar para recogerla. Don Rómulo arrastraba sus pies. Se le doblaban
las caníllas. Se hundió en la tierra. El suelo parecía una alfombra que se
hundía en un hoyo. Que era aspirada. Intentó incorporarse pero no pudo. Cuando
sintió ya hasta la cabeza se la había hundido. Pesaba tanto que se seguía
hundiendo. Eran sus pecados. Seguía hundiéndose. Llegó al infierno. El diablo
se dio su banquete. Le metió en un sartén. Le echó aceite y por más que Rómulo
quería no logró irse del infierno.
¿Para
qué se metió a cargar?, dijo doña Paca cuando se lo contaron. Lo cierto es que
el país se quedó sin presidente y convocaron a elecciones. El partido de los Géminis
estaba listo para el reto.
Toda la
gente le dijo a la Engracia que tuviera gracia y no siguiera haciendo la
alfombra porque allí no iba a pasar Jesús. 1e nada sirvió. Primero creyó la estaban
tanteando. Poco a poco la convencieron pero ya la alfombra estaba hecha. De la
cólera decidió embolarse para reírse de doña Paca. Ya viene. Ya viene, repetía
constantemente la piadosa anciana. ¿Y ese cucurucho?
Es . ¡Ay! ¡Cómo se le que queda viendo el
trasero a la Engracia! Y ahora se toca las piernas. ¡Tan mañoso! Y es que ésta
con ese su calzón negro. ¿Qué calzón si no tiene? Ya viene la procesión. Se oye
cerca. Pero no dobló aquí. Tal vez va a dar la vuelta.
A la
Engracia se le cayó la botella cuando vio que Jesús se bajaba del anda. ¿Te irá
a regañar por estar chupando? ¿O por lo del calzón? Hija mía.
Padre mío.
Se aleja. La procesión se aleja. No. Tiene que venir. Silencio absoluto.
¿Te
pesa mucho la Cruz? Un poco. ¿Y la tuya no te pesa? Yo no tengo.
¿Estás segura?
Mejor le pregunto yo. ¿Sobre qué quieres preguntar patoja?
¿Patoja
yo? Tengo casi 2000 años. 50S patoja para mí. Es cierto. Quiero saber sobre la
corona de espinas. ¿Le duele? Un poco. Yo quiero ayudarle a cargar la Cruz, ¿me
deja? ¿Por qué no iba a dejarte? Porque el Simón Cirineo se me adelantó.
También tú puede ayudarme. ¿En serio? ¿No se enoja? No. Es que ese Cirineo ha
de ser un alagartado y sólo él va a querer. No muy quería cuando lo obligaron.
Pero ahora ya es famoso. Como para que suelte el hueso.
Se
acabó el Jueves Santo. Doña Paca se quedó sola sentada en la banqueta esperando
pasara la procesión sobre su alfombra. Y la procesión no pasaba. Llegó otro
Jueves Santo y ella no se movía de donde estaba sentada.
Pasaron
muchos Jueves Santos más. Miles.
El
viento, la lluvia, el Sol se llevaron la alfombra.
La
gente no sabía si estaba viva o muerta. Le tenían miedo. Permanecía inmóvil
esperando la procesión y no pasaba. Más años. Más espera. Más viento.
Más
lluvia. Más Sol.
Doña
Paca se marchitó. Se volvió polvo y se la llevaron el Sol, el viento, la lluvia.
Pero seguí esperando. Y la procesión no pasaba.
Jesús
abrazó a la Engracia. Se quedó muda. No creía estar en estado de gracia. Mi
oveja, eres mi oveja. Ya yo oveja, pensó la Engracia. Pero sigámosle la onda:
Vos sos mi pastor. Y ahora que somos cuates te quiero contar lo que me hizo la
Magdalena. Se lo contó todo. Jesús paciente oía. Sonreía. No cerraba sus ojos
verdes porque no tiene párpados. ¿Cómo es posible que en esta época alguien -y
precisamente la Engracia- hablara con Él?
La
procesión terminó. _____________ no sabía qué hacer con la arquilla de don
Rómulo. Así que decidió ir a devolverla a la Iglesia. Ya estaban cerrando.
Había
apagado las luces. Todo era silencio. Nada que ver con el ruido de la mañana.
La
Engracia si tenía párpados. Los cerró mientras hablaba con Jesús. Pero al
abrirlos ya El no estaba. Empezó a buscarlo. Se persignaba. Enloqueció. Brincaba sobre la alfombra para ver si se
había ido sobre el anda. Doña Paca enojada la gritó. Vos cabrona mirá lo que
estás haciendo. ¿Dónde está? ¿Qué se hizo? ¿Dónde está Jesús. ¿Qué Jesús? El
que usté está esperando que pase aquí. No, si aquí estaba platicando conmigo.
iYa papo! ¿No me cree? Doña Paca denegó con la cabeza. Pensó que sería mejor enviarla
a Livingston para que se volviera negra y viviera allá como la loca que veía a
un gigante que salía de las olas. Pudo hablar con el guardián de la Iglesia
antes que cerrara la puerta. ¿Qué quiere? Le traigo esta orquilla. La de don
Rómulo. ¿Sabe qué...? Hágame favor. Póngala donde están colocadas las demás. A
la par del anda de Jesús. Está bien. Compermiso.
¿No me
cree? ¿No me cree tía Paca? ¿No me cree que vi a Jesús? Si. Si te creo.
Borracha ¿cómo no lo vas a ver? ¡Hablé con jl! Me imagino. ¿Qué va a hacer? ¡A
esperar pase la procesión! !!le voy a sentar en la banqueta~ ¡Ay! ¿Qué es eso?
Si dicen que por aquí no va a pasar. Ya veremos. ¿ Te gustaría ir a Livingston?
¿Qué iba a imaginarse ____________ que aquel
iba a ser el último momento de su vida? De saberlo ni llega a la Iglesia y se
queda con la arquilla.
La
lleva donde dijo el portero. A la par del anda donde estaba Jesús. Vio para arriba
sin saber que lo que iba a ver le iba a provocar infarto. Fue horrible el susto
que llevó al ver en la oscuridad a Jesús. Le habían quitado la peluca.
________________
dio un grito. Cayó al suelo petrificado. Había olvidado que se trataba de una
imagen. Creía que Jesús era de verdad. Que en paz descanse este cucurucho
cualquiera. NOTA: Recuerde el lector que en el caso de Claudia sería cucurucha.
CONTINUARA.
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