viernes, 27 de diciembre de 2013

El sombrero de Vida, 11


El sombrero de Vida

Novela de Augusto Cesar

A Vidalia Gutiérrez, la dama de los sombreros


“Sus caminos estaban trazados desde el principio y no pudieron sino recorrerlos”, Isabel Allende en De amor y de Sombra.  



A Guillermo Núñez, por hacerme ver en sus ojos el cielo catracho. A Faustino Portillo, el guanaco, flores de lis en su tumba.


“Hay tiempo para todo, e incluso hay tiempo para que los tiempos se junten”, Louis Pauwels y Jacques Bergier en El Retorno de los Brujos.


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En la Montaña Roja del Sur de Tegucigalpa todo parece sacado de otro mundo. Lo es... Al ver sus caminos, recuerda uno los senderos descritos en el Popol Vuh cuando nos habla el libro sagrado de cuatro caminos, uno de cada color. En Chocoyá, Chichicastenango vi los cuatro. Esta montaña, en cambio, no era policroma sino roja. Incluso las bugavinlias son sólo rojas. Aún más: Las flores que debieran ser de otro color como las jacarandas (moradas) son rojas... todo en conjunto y a distancia como una gota gigante de sangre que en el amanecer y el atardecer parecen fundir la de la tierra con la del cielo.
En la montaña roja existe gran cantidad de árboles mágicos. En el Club, cinco de ellos permanecen en constante otoño. Sus semillas con el viento producen el sonido de las castañuelas. Otros cinco permanecen en constante primavera... verdes y reflejan con el blandir del viento como si fueran espejos de jade la labor de los elementales encargados de la clorofila.
En la montañita de enfrente, hay un árbol de copal y otro de morro. El primero produce incienso que se eleva a la morada de los dioses. El segundo, los frutos de calaveras en los que se convirtieron los dioses de Xibalbá y de cuya escupida, al dar en la palma de la mano la Princesa Ixquic fueron engendrados Junapú e Ixbalanqué. Alguna vez han intentado hacerlo a otras doncellas.
-Conmigo quisieron hacerlo explicó Flor de Lis porque esos frutos también han pensado que yo soy tonta. Los engañé haciéndoles creer lo era de verdad y por ello me conservaba virgen. Nunca les conté que desde los quince años, con la experiencia bajo el anda de la Virgen yo ya no lo era. Se llevaron la gran sorpresa. Hija de la gran puta, me dijeron. Pero mi mami no era puta. En todo caso lo sería yo por no ser Virgen.
Del morro se pueden hacer muchos platillos, dijo Flor de Lis. De su cáscara se hacen sonajas y guacalitos para beber agua, chocolate o qué se yo. Las bebidas que se toman en esas jícaras pueden  ser afrodisiacas o mortales. Son mortales cuando uno orina sobre ellas antes de servir la bebida. Son afrodisíacas cuando escupe la bebida. Usted puede tomar el morro, echarlo en un poquito de agua con  libra y media de azúcar para hacer miel. Lo pone a hervir hasta que quede a punto de caramelo. Se siente cuando espesa porque se vuelve pesado el líquido mientras uno le da vueltas entre la ollita que lo está haciendo. Salen unos caramelos que quitan la tos increíbles. Pero si usted quiere que le de tos a alguien, el proceso es a la inversa.
Del centro del árbol de copal salen criaturas de otra dimensión. Muchas veces se quedan en silueta y no definen sus rasgos y sus rostros. Dentro del árbol de morro hay seis árboles más de morro haciendo siete en conjunto. Puede ser la puerta del cielo o el infierno, dependiendo de uno decía Flor de Lis...
-¿Sabe una cosa Mario? Yo sabía que usted iba a venir. Sabía cómo era. Sabía a qué venía. Por ello, no tengo miramientos en revelarle mis secretos al salir de  la tumba. Mi tío lo trajo a trabajar aquí pero como yo no soy tan tonta como me creen  sé más cosas suyas de las sabe mi tío y de las que sabe usted.
-¿Y qué sabe de mi?
-Su misión, sus nahuales, su espejo inverso con Cholopo. Lo de la Fraternidad de los Characoteles. ¡Todo!
-¿Y quién se lo contó?
-Su padre, el guerrillero Calixto. El se la pasa siempre sentado entre el árbol de copal y morro. Usted lo ha visto pero no lo ha reconocido. A mi tío le intriga porque parece una estatua viendo fijamente el horizonte y tampoco sabe quién es.  ¿Ve que no soy tan tonta Mario? Fue su padre, el guerrillero Calixto quien lo trajo para acá y ya me lo había dicho.
-¿Y qué hace allí sentado sin moverse?
-Esperándolo a usted. Cuidándolo. Y esperando también que se muera el Arcángel de la Muerte. Ya le dije que el árbol puede ser la puerta del cielo o el infierno y él quiere antes que él entre al inframundo darle una verguiada a nombre de la historia.
Desde entonces empecé a comunicarme con mi padre, el guerrillero Calixto fuera de mis propios sueños. Sólo me asomaba a la ventana de mi oficina y al verlo en medio de aquellos árboles, sentado, viendo el horizonte, percibía de inmediato y hablamos de lo que ambos quisiéramos. Llegué hasta a regalarle el Sombrero de Vida para que todos supieran que aquel hombre de alguna manera estaba relacionado conmigo. Además, el era el único digno de tener el Universo en su cabeza. Yo de vez en cuando se lo prestaba para ver las cosas claramente. Este Mario es reraro, decía el gerente del Club. Pero es eficiente. Por eso no lo despido. Yo sé que no es reraro, pensaba Flor de Lis cuando lo oía decir eso pero mi tío cree soy tonta. Por eso no le digo nada. Aquí nadie despide a nadie. Sólo el destino. Sólo el destino.
Muchas veces veía yo a mi padre, el guerrillero Calixto andar sobre las nubes o el agua. Sabía que los sapos, las serpientes, los zopilotes y otras aves que en esa montaña hablan y comunican cosas como si fueran libros de biblioteca lo respetaban. Los sapos croan geografías de todos los mundos. Las serpientes se especializan en la historia de todas las humanidades. Los zopilotes, en medio de su altivez parecen paraguas y en vez de comer carroña comen Ciencia y Pedagogía. Los perros son más fieros. Imitan al hombre creando una civilización de ladrones de basura. Los zompopos en ejército se dividen las áreas de las matemáticas. Los mosquitos en nubes aparte de atormentar a las personas se entrenan en deportes. Las hormigas filosofan diciendo cosas tales como que todos los mundos son iguales aunque diferentes o diferentes aunque iguales. Mi padre, el guerrillero Calixto es el observador alquimista de todo aquello y estuvo allí siempre cuando se ganó la eternidad. Mi mejor compañero en aquella montaña roja del Sur de Tegucigalpa.
Lamentablemente, el Gerente del Club nunca tuvo la capacidad para apreciar todo lo que era la Montaña Roja. Intuía algunas cosas y le parecían bonitas otras. Pero jamás logró captarlo todo gracias a su adicción al alcohol y a las drogas. El mismo reconocía que eran como sumirse en un mundo de sombras y que así lo prefería. Se trata de un hombre que del amor sólo había conocido el dolor y que huyendo de él prefería entregarse al instinto y las bajas pasiones. Es así como su vida era una constante aventura y un ir y venir a ninguna parte tal y como Flor de Lis lo definía por su conducta en el supermercado: Mi tío no sabe vivir, explicó,  porque todo lo que toma lo devuelve después. Para no gastar, dice. En cambio yo, llevo una lista, tomo lo que necesito y salgo de inmediato. Eso es saber vivir. Aunque la gente piensa que soy tonta porque a veces pido me envuelvan para regalo el jabón para lavar ropa o trastos y me lo regalo a mi misma.
-El problema de mi tío es que es masculino. Usted ha visto Mario que me pierdo en el árbol de la tercera dimensión. En la misma moran los dioses del amor de todas las mitologías. Afrodita es mi instructora y ella me ha enseñado que para ser perfecta no sólo debo conocer el arte de hacer la cama sino el de deshacerla. De estar desnuda sobre ella para ser la hembra perfecta. Porque en la cama no sólo se duerme sino también se despierta una. Algunos estudian y comen allí. Es por ello que el señor Elefante me prefirió a mí y no a mi tío y no es cuestión de que sean hombres y yo mujer. No porque dentro de cualquier hombre puede haber lo femenino y dentro de cualquier mujer, lo masculino. Depende de lo que uno decida para tomar el rol.
Cada uno de nosotros debe tomar discípulos y usted es el mío en el arte de la cocina y de los quehaceres intelectuales. Pero en las artes femeninas instruyo a mi protegida. A Nivia, a quien usted conoce. A ella le he dicho que puede conquistar a cualquier hombre. Pero también la he instruido que debe tener cuidado en sus actos porque los dioses son implacables cuando uno seduce con malas intenciones. Uno debe seducir para que lo masculino se mantenga erecto como los árboles y produzcan sombra, cobijo, protección, arte, ciencia, tecnología... hasta la guerra. Pero uno debe seducir para dar placer o amor. La primera regla es no acostarse de primas a primeras. Hay que hacerse la difícil... hay que hacerles creer que ellos son los que mandan para que cuando nos penetren se sientan dueños del universo... conquistadores... reyes sobre nosotras. Muchas veces, cuentan los dioses protectores del amor de todas las mitologías, eso sólo es pura ilusión. Lo femenino es lo inteligente, lo que fertiliza, lo que da la vida... si  se da cuenta, el planeta es femenino. Es la madre Tierra pero antes de ser madre ha sido hembra y antes de hembra, discípula instruida por los dioses.
Si bien el inicio es el mismo para seducir lo masculino, se debe tomar en cuenta la individualidad de cada ser. Por intuición lo conocemos y es así como yo a veces he dado la pauta con los hombres y otras me hago la disimulada y dejo sean ellos los que lancen la propuesta. Pero siempre es como yo quiero aunque ellos piensan que no. No hay peor cosa que hacer el ridículo en el arte femenino. Primero desié al señor Elefante. Luego, el destino usó a mi tío para traérmelo. Con él me hacía la tonta, la que no sabía. Esperé el momento de más ardor en su necesidad de mujer y dejé me viera bañándome desnuda. Me echaba el agua con guacal como danzando y él se me tiró encima. Dejé que hiciera lo que quisiera y se instaló en mi cuarto. Allí ya fue mío Muchas veces quería resistirse a mi seducción y me rechazaba. Me decía cosas que a cualquier mujer ofenderían. Yo me hacia la tonta, como que no oía porque en sus momentos de ardor no había nadie más que yo allí.  Cuando los dioses ven mala intención en la seducción no dejan que las circunstancias sean propicias pero estas lo son y una debe aprovecharlas. Se cuando tiene una erección y vendrá a mi. Siento un infraolor que me avisa y dejo que haga como él quiera porque mientras él piensa me posee quien realmente lo posee soy yo. Parezco tonta pero no lo soy.
Ahora bien, los dioses no hubieran hecho propicia mi relación con el señor Elefante si mis intenciones no hubiesen sido buenas con él y conmigo. Mi deseo era simplemente amar a un hombre y ese hombre necesitaba ser amado. En cambio, a mi tío no se le cumplió porque su deseo siempre tiene una mala intención implícita que nada tiene que ver en el amor. Para él la cama es un lugar de sometimiento, de mostrar su poder. Y él si penetra no es por amor sino para tomar posesión de un objeto. Y eso es lo que hacía con el Señor Elefante. En cambio yo, le doy amor. Y como él, aparte de hacerme el amor, comer la comida que le doy, gastarse el dinero que trabajo ve televisión todo el día patas arriba acostado en una cama, me encargo de alquilarle siempre películas para que el fin de semana en vez de ver tele vea algo de buen cine. En medio de la docena de películas que alquilo para él, le pongo una que otro porno para que se me caliente y luego poder yo enfriarlo. Lo bueno es que yo siempre quiero enfriarlo. Pero si  no fuera así, le prepararía un fresquito de Pozole. Se hace con  agua hervida, vainilla, harina de maíz molido o masa de maíz cocido, canela. Se le agrega mucho hielo y le quita a uno cualquier tipo de calor. ¿El secreto? Hacerlo en agua hervida con calzón de mujer. Al derecho es para calentarlos y al revés es para enfriarlos. Pero hay que tener cuidado que el calzón no lleve la etiqueta con la marca. No sé por qué, fíjese Mario, pero si lleva marca no sale lo que uno pretende. Así que es mejor asegurarse no lleve etiqueta y si el calzón la tiene, quitársela. Ahora bien, aunque usted sea hombre use calzón porque recuerde que el arte de seducir es femenino. ¡Nada de calzoncillos para esta receta!
Usted no crea que yo soy tan tonta. Una forma de desquitarme de mi tío fue usar un calzón de Nivia cuando le hice el fresquito de Pozole. Por eso es que la desea a morir. Como yo le lavo la ropa a ella, ni cuenta se dio que le quité el calzón e hice mi trastada para que mi tío se enculara con ella. Hasta le dijo que se divorciara de su marido y que abandonara a sus cinco hijos. Pero ella no es tonta y con mis consejitos, usted ya sabe. Y es que Nivia, como buena representante de Afrodita en la tierra, ha heredado mis virtudes... usted me entiende, Mario. Ella debe ser lo que es con su marido y no con él. Pero él enculado, qué va a darse cuenta.
-¿Y si ella accede a las proposiciones del Gerente?
-Depende porque si le hace daño a su marido que es un buen hombre y a sus hijos, los dioses le retiran las virtudes y su ayuda. Pero si es sólo para refrescarse un poco y nutrir su matrimonio, la cosa pasará por desapercibida ante los ojos de los regidores del amor. Sobretodo, cuando ya ha sido advertida. Antes que usted llegara, a Nivia le gustaba uno de los meseros del Club. Pero ella no a él. Mi tío quiso aprovecharse para acostarse con los dos al mismo tiempo. Pero él le dijo que no le gustaban los culeros, los gays. El se enojó diciendo que ella era una prostituta y que su casa no era un burdel y aprovechó que el marido de Nivia llegó a traerla y le pegó al mesero. Yo me moría de la risa al ver cómo mi tío es usado hasta por los mismos dioses. A veces pienso que mi tío si va a acostarse con ella porque mi tío pretende terminar en la cama con ella y el marido ya que su delirio es un trío. A ver qué dice el marido. A ver qué dice ella. A ver qué dicen los dioses. Puede caerles muy bien el asunto siempre y cuando refresque el hogar. Mientras tanto, ella le hace creer a todo mundo que ve a mi tío como el padre que nunca tuvo.
-¿Y qué pasaría a la hora de ser ella castigada con usted?
-Conmigo nada, toda vez esté de acuerdo y me aleje de ella sin compadecerme en su desgracia y sin tampoco decirle nada. Generalmente,  los dioses pierden en la incertidumbre... en la ansiedad... en la desesperación... en la neurosis... en la locura.... en la muerte misma. Una cuando cumple la misión de tener discípulos corre siempre el riesgo de verlos corromperse, destruirse a sí mismo. Es parte de los dolores que nos hacen crecer. Si eso llega a pasar quiero que me preste el Sombrero de Vida para ver las cosas objetivamente y sin sentimientos porque me decepcionaría Nivia.
Flor de Lis me explicó que los dioses tenían reservada una misión especial a Nivia: Escribir el Manual de la Danza  en la que iría implícita los secretos de los movimientos del Cosmos que condensamos los seres humanos a la hora de bailar. Nivia, sin saberlo, se apasionó desde niña por todas las disciplinas que implicaban movimiento: Danza, baile, deportes, sexo. De hecho, cuando salíamos con el Gerente del Club, Flor de Lis y el Señor Elefante, nos gustaba bailar horas enteras y siempre me daba la impresión que se difuminaba entre la iluminación y efectos especiales de la pista de baile o que entraba en trance, lo cual atribuía yo a su ascendencia costeña. Cualquier tipo de pista se rendía a sus pies. Desde las más sofisticadas de la Zona Viva de Tegucigalpa hasta lugares folklóricos como el bar Bolero´s, antro del Centro Histórico donde convergen droga, sexo pagado, música estridente y trances de todo tipo con seres del mismo infierno.
Cuando Nivia y su marido, me invitaban a verlos jugar deportes de pelota a cualquier cancha, parecía que Nivia se convertía en el movimiento mismo. Cuando nadaba en la piscina del Club, Nivia parecía tornarse agua. Le hace mérito a su nombre ¿verdad?, exclamaba el marido en nuestras conversaciones cuando yo exaltaba su dedicación y esfuerzo a lo que fuera movimiento. Parece una nube blanca como el algodón o la nieve que parece moverse sola y a voluntad con el viento..
A propósito y cambiando de tema, Mario, me dijo Flor de Lis, me gustaría le dijera a Guillermo la verdad. Le dijera por qué ve usted el cielo catracho en sus ojos. Por qué él se llama Guillermo. Aproveche que va a acompañarlo a España al juicio de los militares. Sin duda, va a caerle mal el asunto por una parte pero le encantará por usted. Acepte mi consejo acuérdese que yo sé lo que le digo siempre.
Antes de irse a España, vamos a invitar a Guillermo a comer un dulce de sandía. Así le verá el lado dulce a lo que usted va a decirle. Se toma la sandía, se le quita la cáscara de encima, dejando la carne blanca que nadie come y el interior rojo. Al estar pelada, se parte en varios pedazos. Dependiendo la intención, es la fruta con que se acompaña. Nosotros le pondremos melón con cáscara y jocotes tronadores, conocidos aquí en Honduras como ciruelitas. Lo ponemos en una olla a hervir con poquita agua y bastante azúcar, dependiendo la cantidad y como la intención es la que usted y yo sabemos, ni bien empiece a hervir vamos a echar una fotografía suya Mario y de él para que estén unidos siempre. Tienen que ser fotografías separadas. No una en la que estén juntos porque si la intención fuera separar, la fotografía tendría que ser de los dos juntos, se corta con un cuchillo de cocina y se echa. ¿Me entiende? Se une lo que está separado y se separa lo que está unido.
Y así fue. Antes de irnos a España, Flor de Lis y yo invitamos a Guillermo a comer aquel exquisito postre. Al llegar, al viejo continente, esperé el día después del estreno de El Hijo de los Dioses, mi última obra de teatro de tema gay que  coincidía en ser el día previo a las audiencias de la Corte en la que me enfrentaría con el Arcángel de la Muerte y el pasado de mi Patria.
-Yo sé que vienes por solidaridad conmigo al juicio y entenderé si decides no hacerlo, después de la noticia que voy a darte, le dije.
-¡Noticia! ¿Qué noticia?
-Te he contado que mi bisabuelo paterno se llama José Guillermo.
-Si. Y luego que tu abuela paterna se llama Guillermina en honor a él. Y que ella salió en lo ecuánime y decente igual a él. Y que tú lo artista, lo tienes en parte gracias a él que era uno de los músicos más importantes de Morazán, El Progreso, su pueblo natal. Y que tu tío abuelo, Pedro, su hijo más pequeño, heredó sus dotes naturales y sobrenaturales como aquella de tomar la hoja de cualquier árbol y sacar de ella melodías conocidas y desconocidas y que tú piensas que el estado dionisiaco de Pedro era una especie de trance en la que se comunicaba con sus antepasados. También me has contado que  uno de sus bisnietos, el hijo de tu tío paterno, tu primo, se llama José Guillermo en honor a él. También, tu prima, la hija de tu tía Margo, se llama Guillermina.
-Mjú. Pero hay alguien más en la familia que también se llama Guillermo.
-Nunca me has hablado de...
-Se trata de un hermano mío sólo de papá.
-Me has hablado de tu hermana Patricia, propia de madre y padre. De los de padre oficiales, Arturo y Alejandra... y de otros dos, hombre y mujer. El hombre se llama Danilo y la mujer....
-No es mujer sino hombre y se llama Guillermo.
Ni bien Guillermo se enteró era mi hermano, me abrazó. Me da vergüenza ser hijo de un guerrillero, me dijo pero contigo es como...Ay no... te va parecer estúpido pero delicioso como el postre de sandía que me convidaron tú y Flor de Lis antes de venirnos a España.
Como siempre lo que pienso lo digo, no pude resistirme de decirle a Flor de Lis que en medio de su apariencia de niña tonta, ella hacía lo que le daba gana y manejaba las cosas siempre a su antojo. Todo lo contrario sucede con su tío quien aparenta ser inteligente pero no lo es. La comparación es válida: Cuando ambos piden amor, ella, aparentemente tonta, lo tiene y es él quien se lo lleva. Cuando él pide amor, ella no le lleva nada y debe ir a las esquinas a comprar. Pero como lo que se compra es el sexo, amor nunca tiene. Tal vez por eso llegó a la conclusión que sus levantes nocturnos, hombres o mujeres deben ser para incrementar su fortuna. Su objetivo final ya no es el coito sino al tener desnudos o desnudas a las personas, contarles los vellos de los genitales, anotar el número en una libreta y al día siguiente salir a comprar un billete de la lotería, correspondiente a dicho número.
Todos piensan que soy tonta, dice Flor de Lis. Pero no lo soy. Por ello, estoy segura que mi tío jamás se va a sacar la lotería. Sé que la lotería es cuestión de suerte y no de pelos. Menos púbicos. Cierta vez, mi tío enganchó en la calle a un marero... era sucio y mal oliente. Lo metió a un taxi y lo llevó a nuestra casa de Comayagüela. Allí lo desnudó pero el individuo dijo que el calzoncillo no se lo bajaba porque él no era gay y no iba a tener relaciones sexuales con semejante viejo.
Mi tío le rogó, le lloró, patalió. Suplicó que le cumpliera.... Pues, el individuo accedió cuando le dijo le iba a dar algunos lempiras y ¿cuál sería su sorpresa al ver que aquel muchacho no tenia vello púbico porque se afeitaba los huevos? Tanto que me costó bajarle el calzoncillo y tanto pisto para nada, pensó. Así que lo dejó allí, en su cama y salió con los mendigos que duermen en la esquina del Hotel Honduras. Al manosear a la vieja que duerme en la esquina, esta lo maltrató.
-Hijo de la gran puta, andá a tocarle la cuca a tu madre, le dijo.
Lo sé porque como de tonta no tengo ni un pelo salí tras él dejando la puerta abierta de la casa sin antes no dejar de cerciorarme que mi tío salió sin sus llaves. Cuando le dijo mi tío a la vieja que sólo le quería contar los pelos, le dijo que estaba bueno y como llevaba años sin bañarse, cuando abrió las piernas salió un tufo a desagüe que  tardó por lo menos un mes para que la Municipalidad lo extinguiera. Por fin, mi tío tuvo un poco de decoro y desistió de su hazaña al darse cuenta que aquella señora estaba llena de ladias. Me imagino que le dio asco.
-Pues si querés así, bueno y si no anda ve qué te conseguís hijo de puta. Esos animalitos son mis únicos amigos y no me los voy a quitar por vos.
El resto de menesteroso se despertó y empezaron a hacer cola exigiendo que mi tío les contara los vellos. Al primero no lo quiso porque  los tenía muy largos y enredados. Con el segundo, ya iba contando la mitad cuando llegó a una cana y no sabías si incluirla o no. Mientras el tomaba tiempo en su decisión, yo entré a la casa y le puse cara de tonta al muchacho que estaba desnudo esperando que mi tío le pagara. Sin decir más me empujó a la cama y me hizo el amor varias veces. Cuando regresó mi tío, me fui para otro lado porque si nos pescaba me iba a echar de la casa de nuevo diciéndome era una cualquiera y cuando se le olvidara me iba a volver a llamar suplicando mi regreso porque soy su sobrina favorita.
Mi tío le dijo al muchacho que qué hacía allí y le dijo que esperando que le pagara. Mi tío le dijo que no le iba a dar nada porque tenía los genitales pelones y entonces el muchacho amenazó con ahorcarlo con una correa. Mi tío empezó a gritar y llegaron los mendigos a auxiliarlo. El muchacho salió gritando de la casa, diciendo iría a la Policía porque había sido violado. Todos se reían y le decían a mi tío que debe responder si él quedaba embarazado. La que quedó embarazada y tuvo que abortar fui yo.

Sin comentarios....

miércoles, 20 de noviembre de 2013

El sombrero de Vida, 10

El sombrero de Vida

Novela de Augusto Cesar

A Vidalia Gutiérrez, la dama de los sombreros


“Sus caminos estaban trazados desde el principio y no pudieron sino recorrerlos”, Isabel Allende en De amor y de Sombra.   


A Guillermo Núñez, por hacerme ver en sus ojos el cielo catracho. A Faustino Portillo, el guanaco, flores de lis en su tumba.


“Hay tiempo para todo, e incluso hay tiempo para que los tiempos se junten”, Louis Pauwels y Jacques Bergier en El Retorno de los Brujos.

1

Jueves Santo. La Luna de Nisan termina de redondearse en el cielo y el Sol de acercarse a la Tierra para dar paso al día más caliente del año. Aquel que se viste de santidad en el mayor acontecimiento cósmico de agonía, muerte, luz y vida. Tras su último aullido, Cholopo convertido en cenizas de perro muerto quedó atrás. El viento empezó a arrastrarlo aunque yo sabía era la Fraternidad de Characoteles que lo llevaban a su destino final. Guillermo no podía decir palabra alguna del susto. Entramos al Club y a la oficina donde de inmediato divisé una carta sobre mi escritorio. Iba a tomarla cuando Guillermo me tomó del brazo y me abrazó.
-Gracias por salvarme, dijo mientras con mis dedos le quitaba las lágrimas que bajaban desde sus pupilas.
No dije nada porque no había nada que decir. Preferí que el silencio acentuara aquella sensación de finalización de lectura o de filme para cine o TV. Guillermo vio la carta y sonrió. Parece es de tu amiga Vidalia porque los sellos son gringos.
Observé el sobre y le dije que no se equivocaba. Lo abrí y leí en voz alta el contenido de la misma: Estimado Mario, espero estés bien y disfrutando de la magia de la Montaña Roja del Sur de Tegucigalpa allá en Honduras. Igual con la inspiración y el sombrero que te envié. La verdad es que al ver la urgencia de respuestas para tus interrogantes sobre el mismo es que te escribo muy brevemente.
No puedo decirte más de lo que sabes en torno a su utilidad pero si de algo te sirve, te cuento que María Antonieta, la reina decapitada de Francia tenía una modista antes de la Revolución llamada Mademoseille Bertin. Era igual de acuciosa que yo en sus confecciones. Una vez, remozando con mano hábil un sombrero, exclamó: “No hay nada nuevo, excepto lo que se ha olvidado”.
Por supuesto que cuando me enteré del asunto, en lo primero que pensé es en lo que dices en tus conferencias sobre Platón quien, según tú, decía que el hombre no aprende nada. Al contrario, lo sabe todo. Basta que lo recuerde. Eso fue lo que me inspiró para buscar uno de los diseños más estrafalarios en la sombrerería de Mademoselle Bertin. Y encontré el que reproduje en el sombrero que te envié y que tu has denominado El Sombrero de Vida porque a mí en vez de llamarme Vidalia me nombran Vida, lo cual me gusta porque la vida es la vida aunque yo sea yo. ¿Comprendes?
-Esa tu amiga es algo enredada para coser y para escribir, bromeó Guillermo a lo que yo sólo sonreí.
-Recuerda que los sombreros más que del que los hace o inspira son de quien se los pone. Por eso en la nota que te envié, además de la nota de Isabel Allende, te dije: Que el Universo de este sombrero te sirva para escribir... y para amar. Por cierto, me alegro hayas guardado en tu libro de cabecera la tarjetita con dicha leyenda y el fragmento de la novela Eva Luna: “...tuvimos la suerte de tropezar con un amor excepcional y yo no tuve necesidad de inventarlo, sino sólo vestirlo de gala para que perdurara en la memoria, de acuerdo al principio de que es posible construir la realidad a la medida de las propias apetencias...”. 
Nunca olvides donde está esa tarjeta porque todos tenemos la suerte de dichos tropiezos pero de cada quien depende como se tropieza o si lo inventa o no... o lo viste de gala para que perdure en la memoria. Y aunque parezca un precepto mágico, es más una ley de la vida poco descubierta que es posible construir la realidad a la medida de las propias apetencias.
Sabes perfectamente que tus deseos siempre van a cumplirse. Los imposibles no existen y que si estás en esa Montaña Roja del Sur de Tegucigalpa es porque construiste tu realidad en forma de Montaña Roja del Sur de Tegucigalpa.
Salúdame el cielo catracho en los ojos de Guillermo. Y a él, por supuesto.
Te extraña, tu amiga Vidalia Gutiérrez.
Instantáneamente me hice la promesa de hacer la realidad a la medida de mis apetencias porque sabía podía hacerlo. Pero necesitaba que esta realidad fuera la Montaña Roja del Sur de Tegucigalpa para hacer la transmutación adecuada. Me empezaba a percibir a mí mismo otro que quizá nunca existió pero que ya era un hecho. Guillermo  no dijo lo que pensaba decir. Prefirió responder el teléfono cuando llamó el Gerente y propietario del Club a quien me lo comunicó inmediatamente.
Le pregunté si había llegado a su destino, Belice  me dijo que no. Que se quedó en San Pedro Sula porque sintió ansiedad en el viaje. De Tegucigalpa a San Pedro se le alteró la presión y tomó una pastilla. Cuando los paramédicos lo atendieron le dijeron que no tenía nada. Al transbordar y empezar a moverse el avión empecé a sentirme mal, me dijo. Así que le dije al piloto que detuviera el avión y me bajé en medio de la pista. Así que ya no voy a Belice. Lo que es raro es que desde que puse los pies en la pista siento algo en el pecho. Como si mamá estuviera dentro de mí. Llego en un rato a Tegucigalpa. Adiós.
Al colgar, conté a Guillermo lo ocurrido y me puse a observar el retrato de principios de los años 30 de la mamá del Gerente. Siempre he admirado la esbeltez y elegancia de esa dama, pensé. Es raro, me dijo Guillermo por los sueños que el Gerente ha tenido. Soñó a su madre, la del retrato, que había venido al Club. Le dijo que para sacar lo malo había que barrer de adentro hacia fuera y que dónde estaba la pomada que ella había traído hace 40 días, fecha exacta en que su hija mayor ingresó al hospital enferma de diabetes.
-En el fondo lo que ha de querer el Gerente es no dejar a su hermana porque se ha de haber impresionado ayer que la vio en el intensivo del Hospital. Están a punto de quitarle el resto del pie.
-Si Mario, pero no olvides que el mismo día que el Gerente soñó a su señora madre, la vio bajar de las gradas del segundo al primer piso. Y estuvo de testigo la huésped nicaragüense.
-Lo que no te he contado es que ella, la madre del Gerente, en ese momento no estaba en el retrato.
-¿Quieres decir que se sale del retrato?
Aquella dama elegante se ve más atractiva porque fue retratada junto a su hermana caminando por las calles de Tegucigalpa. El movimiento da la impresión que el instante fue acaparado en aquella imagen. El gesto de caminar fue perpetuado al igual que el roce del bolso colgando de su hombro izquierdo. De acuerdo a las descripciones que el Gerente me ha dado de ella, he llegado a entender que la inmovilidad no era para la dama y que ni esa fotografía pudo capturarla. Lo contrario con la tía, quien prefería la quietud, el reposo, el descanso, estar sentada y casi no moverse. Doña Lidia, en cambio, es una mujer que ni la muerte detuvo y siempre estuvo presente, revoloteando cual ángel alrededor de su hijo para ayudarlo siempre en los momentos que él más necesitaba. En eso ni la muerte la detuvo.
Guillermo nunca opinó sobre aquello que dije. Como siempre, se reservó al ver que aquellas cosas extraordinarias no lo eran para mí. Ya sabía mi experiencia con mi padre, el guerrillero Calixto y sin duda pensó que fantasía o realidad aquello era parte de mi constante “construir la realidad a la medida de mis propias apetencias”. De hecho todo lo que me acontecía, cotidiano o no, ordinario o extraordinario, normal o paranormal, su mente científica y racionalista así lo explicaba todo. En ese sentido, parece que la nota que Vida me envió le servía más a él que a mí.
Guillermo se retiró poco antes que regresara el Gerente quien de inmediato entró a  sus habitaciones. Todos percibimos un aire extraño en el ambiente. Pero nadie quiso decir nada. Fue el alboroto de las 3 de la madrugada lo que dio sentido a todo aquello. La hermana había muerto en el Hospital. Por ello, dijo el Gerente llorando, sentía a mi mamá dentro de mí. Ella me obligó a quedarme. Siempre me decía que en todos los sepelios yo debía representar a la familia y sobretodo a ella. Quise compartir de inmediato aquella experiencia con Guillermo. Pero por la hora, pensé no era prudente. Lo hice hasta que llamó a media mañana, después que salió el Sol y el Gerente estaba ya en la funeraria cumpliendo con los mandatos a su madre.
La difunta fue enterrada la mañana del Viernes Santo. Pese a que el Gerente y su sobrina estaban muy cansados al regresar del entierro, ella me dijo me preparara porque cumpliría su promesa de llevarme a ver la procesión del Entierro de Jesús que sale de la Catedral de Tegucigalpa. Nos  iríamos a media tarde y mientras, ella descansaría.  Al notarla agotada decidí ayudarla  a limpiar y ordenar la cocina. Mientras fregaba los trastos vino a mi mente una de las recetas de cocina de aquella chica de apariencia sencilla e insignificante pero que, diestra en las ciencias más cotidianas (limpieza, cocina y orden) se había convertido en recipiendaria de la sabiduría más antigua y útil de la humanidad.
Una vez me dijo: Piensan que yo soy tonta porque no soy ilustrada en aspectos universitarios... porque cuidé a mis hermanos cuando quedamos huérfanos... porque  toda mi vida me la he pasado cocinando, haciendo limpieza, lavando ropa, arreglando camas, fregando trastos... pero no saben que yo sé muchas cosas que otros no saben. En efecto, aquella chica en medio de sus recetas, decía siempre: Ahora si usted quiere esta receta para algo espiritual pues debe ponerle... (y aquí venia el ingrediente).
Fue ella quien me enseñó que lavar trastos es una forma trascendental de meditación. Por ello, mientras ella descansaba y yo la ayudaba vino a mi mente el Vía Crucis que yo sacaba los Viernes Santos y que ahora por no estar en Guatemala lo sacaría un delegado para el efecto y que mucho tiempo atrás mi padre, el guerrillero Calixto, mucho antes que yo naciera –murió antes que yo viniera al mundo-, participaba en la realización de uno.
Al concluir de fregar trastos recordé la receta de la tortilla de harina. Se hace una mezcla  de harina de trigo, poquito de agua, poquito de polvo de hornear... se revuelve todo muy bien. Se hacen bolitas. Se aplastan estas entre dos tablas pero antes se colocan entre dos pedazos de plástico para que no se peguen a las tablas. Ya aplastadas se fríen en una sartén con aceite. Pero si usted quiere llegar al espíritu de la tortilla y seducir (la comida fue hecha para seducir, atraer o matar) desee profundamente que esas ruedas sean círculos de amor en cuyo centro estarán dando vueltas usted y esa persona alrededor de ese sentimiento. Si usted sólo quiere amar o que sólo lo amen no piense en los lados de la tortilla sino sólo en una de sus dos caras. Pero si quiere amar y ser amado no olvide ninguno de ambos porque puede cometer un error muy grave del cual se arrepentiría toda su vida.
Cuando sentí ya Flor de Lis se había arreglado y fuimos al Entierro de Jesús que moría ese día a las 3 de la tarde. Nos dejaron entrar al balcón del Palacio Municipal para tomar las respectivas fotografías y desde allí divisamos cómo la Plaza Central de Tegucigalpa se tornaba un hormiguero de gente que, poco a poco, se congregaba. De pronto, empezaron a salir las andas, reminiscencia de la cultura española conquistadora. En una de ellas, la imagen de Jesús muerto después del suplicio de El Calvario. Atrás, la banda, un grupo de diecinueve ángeles y  la Virgen María llorando, con las manos entrelazadas a la altura del pecho, un resplandor de castidad y el puñal en el corazón, símbolo del dolor eterno de cualquier madre.
Vinieron a mi mente todos aquellos hombres muertos y mutilados por el Ejército y la guerrilla en mi país y todas aquellas mujeres que, siendo madres o no, quedaron desamparadas. Una de ellas, la Premio Nóbel que hacía gestiones en España para que militares fueran enjuiciados. El punto central de sus gestiones es la quema de la Embajada española, en la cual murió Vicente, su padre. Claro que a la Premio Nóbel le falta la estética nata de mestizas, españolas, blancas y criollas para aparentar ser una Virgen pero su dolor y ansiedad es el mismo y emblema de todas las mujeres víctimas de la guerra en mi país.
-¿En qué piensa Mario?, me dijo Flor de Lis.
Al contarle, me dijo que le parecía que era mejor me olvidara de todo aquello. Para ello, la receta de la torta de huevo y arroz le puede ayudar. Revuelve el arroz del día anterior en huevo, lo pone en una sartén a freír. Pero mientras hace el revoltijo debe cerrar los ojos y apretarlos bien y decir varias veces que se me olvide, que se me olvide, que se me olvide lo que usted quiera olvidar. También sirve para recordar cosas que la memoria ha sacado de la cabeza. Así es como yo he podido encontrar hasta las llaves perdidas de la casa. O me olvido de la forma ofensiva en que mi tío me trata a veces.
-Muchos piensan que el guaro hace olvidar, dijo Flor de Lis. Pero el guaro es un demonio que se alimenta de recuerdos y como es muy glotón pide siempre más y más y si usted se da cuenta ningún bolo olvida sus penas como se aseguran a sí mismos o le aseguran a los demás es la motivación de su vicio. Y mire cómo son las cosas porque cuando era niña yo si era tonta aunque la gente cree me quedé tonta pero usted sabe que no lo soy... pero yo de pequeña al serlo creía que la Virgen tenía que olvidarse también de sus dolores y el Viernes Santo le traía siempre una torta de arroz y huevo. El viejo mañoso de guía del anda, me la recibía y qué si él se la comía. Cuando llegaba yo al día siguiente a recoger mi plato, me lo daba bien limpiecito y me decía que la Virgen se lo había comido. Entonces por qué sigue llorando, le decía yo al ver la imagen. Ah es que así le gusta a ella, me decía.
Yo dejé de ser tonta como a los quince años. Era bien bonita y tenía las nalgas bien puestas pero no sabía nada de sexo. El último Sábado de Gloria que llegué a traer el plato vacío, me dijo el guía de anda que estaba colocado bajo las andas y que me metiera a traerlo allí abajo. El muy pícaro lo que quería era verme el calzón. Ni bien me agaché, me agarró por la cintura y me bajó el calzón un poquito. No cabe duda que el instinto es el instinto porque no me dieron ganas de que me lo subiera sino de que me lo bajara más. Así que no protesté para nada. Y me empezó a sobar las nalgas y a jalarme deliciosamente los pelos de la vulvita. Primero me sentí incómoda pero luego luego me dio cosquillas y de allí sentí bien bonito.
El viejo se metió bajó el anda y me jaló. Me dijo que la Virgen quería recompensar los platos que le había llevado todos esos años y le pidió a él me hiciera disfrutar. Y vaya si no... Ya se imagina usted lo que pasó y desde entonces me gustó el sexo. La gente piensa que soy tonta y que no puedo pero de tonta no tengo nada. Por eso aquel día, mi tío me echó de la casa cuando me agarré a uno de sus amigos en una de las fiestas que él preparó. Pero luego se le pasó y me volvió a llamar para que volviera a servirle. Me convenció diciéndome que era su sobrina favorita aunque lo que quería era tener alguien a quien tratar mal y echarle la culpa de todo.
Pero yo me desquité cuando le quité a su amante el señor Elefante. Me lo metió al cuarto para aparentar... Esta es una tonta y este es un hueco, dijo mi tío el Gerente. Pero ni el señor Elefante es hueco ni yo tonta. Y hasta mi tía madre, la mamá de mi tío, la que se sale del retrato a caminar por el Club estaba contenta porque siempre dijo: Esta pobre Flor de Lis es tan tonta que ni marido va a encontrar. Cada vez que me lo decía me acordaba de todos los hombres que se me han metido a mi vulva desde aquel Sábado de Gloria de aquel año cuando preparé por última vez la torta del olvido que me gustaría usted prepara para que se olvidara de las masacres de su patria. Ahora si no quiere, por lo menos piense que no sólo en Guatemala ha habido masacres. Aquí en Honduras tuvimos las nuestras también. Mi otro tío, el hermano del Gerente fue guerrillero de los buenos. No, si usted no crea que yo no soy tan tonta como parezco… bien que sé todo de todo. Y la cólera que da es que hay otro tipo de masacres de las que nadie dice nada de nada: Cuando fumigamos la cocina se mueren miles de cucarachas y hormigas. Y al limpiar el jardín, los zompopos son las víctimas. Dicen que en el Ártico matan a las focas por docena y en Noruega es a las ballenas a las que masacran. Los cazadores dejan huérfanos  por todas partes del mundo y nadie dice nada. No si yo me hago la tonta. Pero no lo soy. Sé muchas cosas que nadie sabe que yo sé.
Regresamos al Club. Cenamos. Nos acostamos pero yo no pude conciliar el sueño de inmediato gracias al calor y la cortina de zancudos. De pronto escuché los gemidos de una mujer a quien le hacían el amor. Sonreí. Comprendí de inmediato que era Flor de Lis acurrucada en el moco del Señor Elefante, sostenida por sus brazos de los colmillos de marfil con sus  piernas abiertas para que con la lengua vibrara toda su feminidad. No me costó imaginármelo.
Pero Flor de Lis no sólo sabía de cocina. En todo lo que hacía había secretos y filosofía. Al ir al Supermercado, por ejemplo hacía la travesía de la vida. Mi tío no sabe vivir porque todo lo que toma lo devuelve después. Para no gastar, dice. En cambio yo, llevo una lista, tomo lo que necesito y salgo de inmediato. Eso es saber vivir. Aunque la gente piensa que soy tonta porque a veces pido me envuelvan para regalo el jabón para lavar ropa o trastos y me lo regalo a mi misma. Otro ejemplo que podemos dar es en el arte de hacer la cama. Flor de Lis asegura que si uno quiere ser feliz no debe poner los cojines siempre en el mismo lugar. En los pies, es muy divertido, asegura.
-Quiero hacer un trato con usted, me dijo una vez Flor de Lis. Voy a enterrarme para que crean soy tonta. Pero lo que haré será deshacerme de mi tío quien, al creerme muerta, me dejará en paz de una vez por todas. Yo a cambio de su silencio, Mario, vendré a instruirlo en los secretos de los quehaceres domésticos que sé y parte de sus exámenes será la comida que prepare y que degustaré yo.
Acepté con gusto y pronto Flor de Lis fingió morir. Fue enterrada en el jardín del Club justo en el lugar donde su tío, en honor a ella sembró una flor de lis. Sólo el señor Elefante y yo supimos la verdad. De mi nadie se sorprendía cuando decía tenía comunicación telepática con ella desde el más allá pero del Señor Elefante si. Parece le dio un ataque de castidad y ya no tomó mujer. De la tristeza de haber perdido a mi sobrina, decía el Gerente pensando se había librado de su rival en la cama, ya ni se le para el moco.
Al día siguiente del sepelio figurado de Flor de Lis llegó al Club una carta para mí. Era de la Corte Española donde se me pedía mi colaboración para declarar en el juicio en contra de militares de Guatemala. De inmediato llamé a la Embajada de España en Tegucigalpa  y se me explicó que no era un citatorio y si quería no iba. No era de carácter obligatorio y no utilizarían las vías diplomáticas para presionarme como lo estaban haciendo con los otros testigos. Además, me dijo el Canciller español, puede aprovechar su estancia allá. Me habían investigado y sabían yo iría a España al estreno de mi nueva obra de teatro. Por eso consideraron mi participación. De lo contrario ni lo hubiéramos tomado en cuenta, aseguró mi interlocutor. No cabe duda, pensé, que el destino trazó nuestros caminos desde el principio y no debíamos ni podíamos hacer más que recorrerlos. Por otra parte su declaración no será tomada desde el punto de vista legal, social  o político sino moral. Esas son las instrucciones que tuvo el jurado.
Al contárselo a Guillermo, estaba feliz porque precisamente él iba a aprovechar mi ida a España para concretar una visita que tenía pendiente. Me muero por ver tu obra que por atrevida sólo en España aceptaron los productores estrenarla. Pero Europa es Europa. Guillermo tenía planes de quedarse para completar su especialización científica. El Gerente al enterarse nos ofreció la casa que tenía disponible en Madrid para que estuviéramos más cómodos. CONTINUARA.


Ella es América Canales a quien el autor considera su amiga monumento hondureña e inspiración como ocurre en esta novela donde la mítica Nivia, de esta tercera parte.

jueves, 24 de octubre de 2013

El sombrero de Vida, 9

El sombrero de Vida

Novela de Augusto Cesar

A Vidalia Gutiérrez, la dama de los sombreros


“No se puede amar al servicio militar sin detestar al pueblo”, Isabel Allende en De amor y de Sombra.





A Sor Juana Ixcot, amiga que me devela la realidad de mi país. A Mario Sarti, confidente del alma.

“La desgracia se lleva en la sangre”, Isabel Allende en De amor y de Sombra.



APÉNDICES DE LA SEGUNDA PARTE




1.-Martirologio para Calixto.
Se sintió humo. Era humo. Se sintió aire. Era aire. Calixto no podía comprender por qué después de tanto dolor podía sentirse así. Alguien... unos hombres lo fueron a tirar frente a la Universidad de San Carlos. Tiraron su cuerpo torturado del carro como quien tira una basura...lleno de perforaciones de bala, muerto. ¿Todavía soy el guerrillero Calixto? Si, todavía lo soy. Debía incorporarse. Pero al hacerlo se sintió humo. Era humo. Se sintió aire. Era aire. Y flotó. Ya no debía caminar. Podía andar en el aire. Como niño se sintió libre.... todo aquello había sido una pesadilla. Fue el único sobreviviente de la quema de la Embajada de España... Quedó medio vivo en medio de los cadáveres y lo pudieron recoger para llevarlo a un hospital privado para que fuera atendido. Pero ¿por qué no se murió en ese momento? Del hospital fue secuestrado por hombres armados y uniformados. Se lo llevaron para terminar de rematarlo. Para hacerle saber que tenía que pagar por no haberse chamuscado entre las llamas. Ese preció era un dolor terrible. Una tortura que lo hizo desear la muerte. Una tortura que desde siempre, había sufrido todo su pueblo. Luego, las balas. Ni se sienten cuando entran al cuerpo. Luego, una oscuridad. Lo meten al carro. Lo llevan a alguna parte. Lo tiran en la USAC y, como si nada hubiese pasado, la paz. Salir del cuerpo es bonito. Se ven a todos los antepasados. Se entra en contacto genético con cada uno de los dioses del Popol Vuh. Se siente uno mismo Corazón del Cielo. Y se da gracias porque la tortura terminó. Duele todavía un poco. Pero ya no tanto. Eso sí, la memoria no se olvida ni en el Cielo ni en la Tierra ni en el Infierno. Se sintió humo. Era humo. Se sintió aire. Era aire. Pero un aire con memoria. Capaz de revivir lo que pasó en la Embajada de España... Tenían que ir a las embajadas. Como fueron antes a la de Suiza. Para decir que eran pobres. Que no tenían recursos para salir del país y protestar... y pedir ayuda. Por pobres tenían que ir a lo más próximo a contar que en Guatemala las cosas van mal. Que hay infrahombres que martirizan al pueblo. Que hay hambre y miseria. .. Todo debía ser pacífico. Los indios son pacíficos como el humo y como el aire. Se sentía humo. Era humo. Se sentía aire. Era aire. Trajeron hasta a los niños... Todos debían marchar para pedir a los soldados salieran de la zona y los dejaran en paz. Entre la multitud venía don el padre de su mujer, mi abuelo.  ¿Y aquella ya no vino verdá? No. Ella se quedó pa´ seguir con su curso.  Cómo hace de falta la jodida. Esa tiene los pantalones bien puestos. Sabe lo que tiene que hacer. Vos Calixto, hubiera querido verla. Fijate que no se por qué pero creo que ya no nos vamos a ver con la patoja. Ay suegro, ¿qué puede pasar? ¿No las embajadas son terreno extranjero pue? En la de Suiza no pasó nada. Pues no sé. Los soldados tienen las armas vos. Quieren seguir secuestrando y no quieren que protestemos por eso. Ojala suegro que ya podamos vivir en paz alguna vez. Como dicen pasó cuando éramos dueños de todo. Ya estuvo suave que no nos quieran dar ni de comer. Y claro que llegó la paz a él. Pero para eso tenía que sentirse humo. Era humo. Sentirse aire. Era aire. Su mujer, mi madre quería ir pero ni siquiera pudo estar en el entierro de los quemados. No quería quedarse. Deseaba morir. Pero el destino le tenía preparado algo más importante en El Libro de la Vida. Antes debía vivir aquella carnicería. Miles de personas enterraron a los quemados. El odio se sentía en el pueblo. ¡Que ironía! España rompió relaciones con Guatemala y fue precisamente con la venida de ellos acá que empezó el martirio de los indios en El Libro de la Vida. Que empezó a regarse su sangre y a torturarse. Mientras se enterraban a los quemados, un hombre gritaba de dolor. Lo habían sacado del Hospital y lo torturaban. Lo hacían pedacitos porque no se le podía perdonar ni la vida siquiera... Estaba herido desde siempre en este mundo. Pero pronto se sintió humo. Era humo. Se sintió aire. Era aire. Si te quedás vivo hijo de puta, era un torturador, lo llamaban desde esa época, el Arcángel de la Muerte, vas a tener que decir que todos ustedes vinieron armados... que ustedes mismos se quemaron. Pero no... sos bien indio. Vos también sos indio, era Calixto, ¿cuánto te pagaron por matar a tus hermanos? ¿Cuánto te pagan en la G2 y en la Policía? Sho serote. Yo soy más que la G2 y la Policía. No te vergueo más porque estás delirando. Ya yo indio. Eso es lo triste. Todos indios y unos por complacencia se van a poner de parte del opresor. El Arcángel de la Muerte lanzó la orden, lanzaron bombas y  la Embajada se empezó a quemar. Llamas. Humo. Tosidos. Personalidades gritando.  Carne acolochándose como cuando se asa un coche o se hace un churrasco de vaca.  ¡Y qué olorcito! Más de algún pedacito le llevaron al Arcángel de la Muerte para que se hartara en el almuerzo. Uno les quitaba pedacitos a los cadáveres y se los llevó. al Arcángel de la Muerte y al Presidente. El Arcángel de la Muerte sabía lo que hacía. Armó a sus chontes con bombas de fósforos para que inmediatamente todos se pusieran tiesos. Y el suegro de mi padre, mi abuelo, fue acribillado. Le dieron cinco balazos en la cabeza y uno al corazón. Lanzaron granadas y cada quien daba su versión por lógicas e ilógicas que fueran. La Prensa tenía miedo. Ignoraba que Calixto estaba puspo de tanto pijaso. Sus ojos estaban hundiéndose entre dos cavernas profundas donde veía el rencor... el odio de su torturador. De aquel indio que no se creía indio. De aquel indio que lamía botas.... Pero ahora todo era diferente. Se sentía humo. Era humo. Se sentía aire. Era aire. Como el incienso del pom. En El Quiché habían soldados como aquel torturador... como el que llevó carne de indio a los chacales para su almuerzo... secuestraban y las familias ya no querían eso... ya no querían represión. Pero no sólo el Ejército hacía esas cosas. (También los guerrilleros. Estos fueron los que torturaron a mi madre, la esposa del guerrillero Calixto, acusándola de traidora por no estar en la Embajada y morirse allí). Querían paz... pero los quemaron como los quemaban en la montaña... los mataron como los matan en la montaña. Y no sólo a ellos. También a muchas personas que querían irse del país y por eso estaban en la Embajada. Querían refugiarse para informar al mundo que aquí hay indios que no se creen indios. Que aquí hay hombres que lamen botas. Que la sangre corre a chorros y la carne se chamusca.  La abuela Lola, madre de mi padre, el guerrillero Calixto, los odió más. Le hubiera gustado estar allí. No por su hijo sino por los otros. Fue mejor que mataran a su consuegro antes que lo torturaran como a Calixto. Tal vez por ello, éste le salía en sueños gritando... puspo como lo dejó el Arcángel de la Muerte cuando empezaba a ser indio que no se creía indio... con los ojos hundidos, viéndola a ella y pidiéndole más y más para salvar al pueblo... Muchas veces quiso espantarla porque era humo... era aire. Pensó agradecerle en el fuego. En los espejos... pellizcarla y ponerle la piel eriza... halarle las patas cuando estuviera dormida. Pero no. Sólo se le aparecía en sueños... la respetaba... Era su madre y si no fue es porque así los dioses lo dispusieron. Para algo serviría tanto dolor... tanta sangre... su sangre... Y era de esperarse. Ya habían tomado emisoras... los chacales así reaccionaban y la lógica del Arcángel de la Muerte era esa. Por eso eructó después de almorzar con el Presidente y su soldado. "Perdón mi general", le dijo al Presidente. "pero la carne me cae pesada al estómago... y mi pedazo me salió algo crudo". El suegro de mi padre, el padre de mi madre, lo sabía y, por ello, le dijo no volvería a verla.... lo presiento, le dijo, por no decirle, lo sé. Calixto  también lo sabía. Pero prefería decir que no iba a pasar nada. Después de todo la muerte... la tortura... la marcha... la protesta... todo era mejor a seguirlos aguantando. Además, no había diferencia... el Infierno era el mismo. Por eso Calixto gozó su sepelio mientras el Arcángel de la <Muerte eructaba y se sacaba carne de los dientes con las uñas de los dedos. Era una fiesta... una fiesta porque todo el dolor, la sangre... el odio... había terminado como terminan las películas del cine... con un fin... como terminan las novelas... con un punto y aparte aunque sea un punto de esperanza. El epílogo después del fin que marcó su propia muerte... Pellizcarla a su madre, mi abuela Lola, halarle las patas, hacerla sentir incómoda sería una broma para después... pero una broma que le haría saber que todo un pueblo, hasta los muertos, se sentía feliz.. Tal vez por eso, ella al llegar por última vez a su pueblo se sintió rara... fue como un pellizco en las nalgas. Y no lo dijo, tal vez por respeto a su marido. O por miedo a que fuera algún muerto... de aquellos que por morir violentos aún están en este mundo viéndonos y viviendo con nosotros como si aún no se hubieran ido. Descanse en paz mi padre, el guerrillero Calixto, espíritu sonriente. Descanse en paz hombre que se sintió humo... era humo... que se sintió aire... era aire... que se sintió incienso... era incienso. Que nos representa a todos en esa eterna sonrisa que le da valor y esperanza a la palabra pueblo. Descanse en paz Calixto. Sé que la luz guía a estas letras que pide perdón a tí y a los tuyos. Eso si, cuidado, porque duelen los pellizcos en El Libro de la Vida. El Presidente y el Arcángel de la Muerte aplaudieron al Soldado. Lo invitaron a comer y luego lo ascendieron. Estaban felices y el Presidente al comer el churrasco se comió su propia locura. Por ello ahora los sesos se le quemaron y tiene el mal de Alzheimer. A mi, dijo el Presidente al Arcángel de la Muerte, esa carne me dio chorrillo. Tal vez no era de indio. Tal vez era de alguno de los que estaban pidiendo refugio. Mejor no pensemos en ascender a este soldado por burro.  No, mi general, respondió el Arcángel de la Muerte. Si era de indio, era la carne que yo mismo le arranqué al guerrillero Calixto nuestro soldado, es un héroe y todos los héroes nos convienen. Lo que pasa es que la carne no estaba bien asada y eso no es culpa de este pobre...


2.-Oración al Arcángel de la Muerte
INSTRUCCIONES: Léase en los altares invisibles cuando se quiera sembrar más odio, injusticia e ignominia. Léase en caso se necesite diezmar a un pueblo y quitarle sus garantías. Léase en caso se quiera un dictador en cualquier nación del mundo, Léase que el Arcángel acudirá esté vivo o muerto…

Lágrimas rojas
brotan de mis ojos
miles de hombres
caen a los suelos
mujeres violadas
niños masacrados
se les niega el día
y se les regala una noche larga
oscura
aterradora
y el responsable
 pretende gobernarnos
con la señal de la bestia
en sus propios dedos
para pisarnos
para estrujarnos
nos señala con un dedo
que pretende ser divino
y todos le temen
la masa adormecida
lo prefiere
con el ya no hay futuro.

Se castra
la esperanza
se pierde
Guatemala
entre la niebla
de la historia
como una india
virgen
entre las multitudes
como una lágrima roja
que se evapora
como una sombra
que se fulmina
como una sonrisa
que se desvanece.


martes, 15 de octubre de 2013

El sombrero de Vida, 8

El sombrero de Vida

Novela de Augusto Cesar

A Vidalia Gutiérrez, la dama de los sombreros


“No se puede amar al servicio militar sin detestar al pueblo”, Isabel Allende en De amor y de Sombra.





A Sor Juana Ixcot, amiga que me devela la realidad de mi país. A Mario Sarti, confidente del alma.

“La desgracia se lleva en la sangre”, Isabel Allende en De amor y de Sombra.



4

El Alcalde Indígena de Chichicastenango nos recibió a Max y a mí después de haber recavado evidencias e investigaciones de Cholopo como characotel. Podríamos enjuiciarlo y hasta darle un castigo ejemplar. Pero no lo voy a hacer. El fue escogido desde antes de nacer por sus nahuales y entregado por sus propios padres cuando vino al mundo. Debemos respetarlo porque los dioses de la oscuridad lo quieren de guardián y todo lo que ustedes han descubierto que ha hecho es parte de su iniciación.
Mire esta foto, dijo enseñándonos una fotografía de la cueva en un bosque. Les parecerá un bosque cualquiera. Pero es un ecantamiento, un bosque que sólo los chamanes y la Fraternidad de Characoteles conocemos. Agréguela junto a estas otras al expediente y delo por caos cerrado con mi veredicto.
Observamos las otras fotografías y una de ellas llamó poderosamente mi atención. En el interior de la cueva, deduje, rodeada de velas, una piedra.
-Usted que sabe y siente cosas, algo sabe y siente al ver esta foto.
-Bueno, no me genera simpatía como Pascual Abaj, dije. Pero tengo la impresión que conozco este lugar.
 -Claro que ha visto la piedra. Por lo menos en fotografía. Es la misma que tiene aquel brujo de Sololá colgada en su consultorio.
Max me vio extrañado y recordando le dije que la misma fotografía se encontraba colgada en el consultorio de un brujo de Sololá. ¿Cómo se me iba a olvidar si hay una carta de puño y letra del Arcángel de la Muerte agradeciendo al brujo un favor? Fue ese brujo el que lo alertó en una visión extraordinaria que iba a sufrir un atentado en  la cuchilla de un pueblo del Oriente de Guatemala. Al revisar el lugar, encontraron los explosivos y el Arcángel de la Muerte agradecido envió la nota que fue puesta en el mismo marco de la piedra.
Max pidió al Alcalde explicarnos más y aquel indio contó el futuro: Cuando usted ande en la montaña roja del sur de Tegucigalpa, Honduras.... esa montaña de la que Max lo hizo regresar a Guatemala para esta investigación.... donde encontrará inspiración e ideas y verá una de las encrucijadas del amor y el odio, del cielo y del infierno... donde tras conocer el cielo en los ojos negros de Guillermo, usted y él caminarán por esos caminos que lo intrigarán por bellos, áridos y diferentes... será su cotidianidad vespertina y nocturna... y a veces matutina... Cuando lleguen por el terreno baldío donde componen carros, Guillermo resbalará sin que usted se dé cuenta mientras usted husmea unos baldes que contiene gasolina y que le hacen pensar instantáneamente en los fósforos que lleva en la bolsa de su pantalón....
El grito de Guillermo lo hará voltear a él teniendo el balde en la mano. El horror se apoderará de usted al ver que el perro del infierno quiere devorar con sus fauces a su amigo.
-Cholopo, déjalo en paz gritará.
El perro volteará a ver y usted le rociará gasolina encima e instantáneamente le penderá fuego con los fósforos. Todo parecerá tan rápido que parecerá que los aullidos que lanza el perro mientras arde en llamas salen de la nada.
Guillermo y usted regresarán al club, liberados para siempre.
Pasada una hora aproximadamente lo llamará Augusto desde Guatemala. Le contará que le prendieron fuego en Chichicastenango a Cholopo y que murió quedando sólo cenizas, las cuales parecieron volar, según le informaron algunos indios. Pero, en realidad, fueron llevadas por manos invisibles de viento a la cueva de esta foto que usted ya conoce y en cuyo alrededor estará la Fraternidad en pleno.
Cada uno de los miembros tomará un poco de ceniza y bañará la piedra con ella tras tirarle un escupitajo. De esta manera y con ayuda de los elementales, el espíritu de Cholopo y sus nahuales de futuro quedarán en la piedra hasta todas las piedras del mundo y el mismo mundo desaparezca. Con el tiempo a esa piedra acudirán indios pidiendo venganza, clamando odio, exigiendo muerte y destrucción. Los brujos negros centrarán en ella sus trabajos más profundos y usted será el único ladino que sabrá que si quiere hacer daño, destruir, sembrar terror y guerra esa piedra se la concederá porque en ella habita la esencia del mal. Y a usted se le dará el privilegio de saber eso porque esa esencia estuvo relacionada con usted. Era parte suya y sólo se habrá librado por el poder del fuego cuando usted mismo lo active defendiendo lo que más ama en ese momento: El cielo de Honduras....
Vinieron a mi mente dos cosas. Que Cholopo siempre me dijo que la sacerdotisa, la mamá de Juanjo le dijo que con fuego se curaría y él siempre pensó era un toj, una quema espiritual medicinal indígena que se hace en series y de la que él hizo sólo una en presencia de Juan y Samara. La curación viene de volver fuego el agua. Obviamente, se refería a la gasolina comprendí.
Obviamente el Alcalde indígena sabía de mis pensamientos. Pero Max no, así que indagó en qué pensaba. Le conté lo anterior y al terminar me dijo: Bueno ¿y la segunda cosa que se te vino a la mente cuál es?
El poema de dos estrofas que hice en Honduras y mientras se los recitaba, ambos hombres sonrieron:

Vine a Honduras a llevarme el cielo
y el cielo esta en tus ojos Guillermo

Lamento que a las secuelas de la guerra en mi país, todo mundo quiere sacarle raja. Así como la Poesía fue lo primero que empecé a escribir a mi llegada a la Montaña Roja del Sur de Tegucigalpa, así fue también lo que empecé a leer. Tomé de  la Biblioteca del Club una antología bilingüe en la que aparecen creaciones de tres escritoras, entre ellas de la prima ninfómana de Cholopo. Me dejó perplejo la mentira y el oportunismo de la presentación en la que se dice que: ella se alejó  del periodismo por ocho años debido a la violencia en Guatemala. Si lo dejó fue por ineficiente y estúpida y por sus problemas mentales y maritales.
Ya le hubiera gustado a la ninfomanía padecer lo que padecieron otros mártires del periodismo como Irma Flaquer quien firmó su sentencia de muerte en el conflicto de la embotelladora. Los trabajadores habían decidido ir a la huelga, razón por la cual periodistas y autoridades se hicieron presentes. Irma al ver entrar al Arcángel de la Muerte le preguntó si ahora también iban a matar a quien se le antojen. El no respondió porque sabía ella estaba en la lista negra pero decidió que esa sería la última pregunta que le haría por la osadía que tuvo de verlo a los ojos.
Y es que a él nadie lo veía a los ojos y nadie podía contradecirlo. Ni bien le salía barba a uno de sus hijos adolescentes decía se la quitaran porque parecen guerrilleros. Obviamente cualquiera  que le salen pelos en la cara quiere ver cómo se ve con barba y bigote, con cara de hombre. Quisiera primero poder ver cómo me veo, le dijo el muchacho. Te la quitás porque te la quitás y punto, respondió. ¿Por qué?, le dijo el joven no entiendo esa mezcla de ira, regaño y arbitrariedad. Porque yo te lo ordeno. Pensó el joven por su tono de voz que si decía algo podía hasta darle un bofetón inmerecido, razón por la cual decidí seguirle la corriente. Está bien le dijo aunque entre él dijo “su madre” haciéndole creer le obedecería y haciendo luego lo que se le pegara la gana porque pareciera guerrillero o no era su cara y sus pelos. Haría lo que todo el mundo hace agrandando su mundo solitario, incomunicado y yermo: Decirle a todo lo que dijera que si, que si y que si y nada más que si. Esa era una de las estrategias de sobrevivencia para no contradecir a los militares.
Militares como el Arcángel de la Muerte  erigieron a su alrededor un altar y varios templos de adoración a sí mismos. Sus peores víctimas fueron siempre sus propios hijos que crecían ante esa idolatría enajenada ávidos de amor a tal grado que nunca supieron lo que eran esos sentimientos y si bien es cierto no fueron culpables de heredar las malas entrañas también quisieron construir altares y templos pero como nadie se asemeja a dios, todos fueron torres de Babel donde nunca hubo entendimiento ni en ellos mismos o ídolos al estilo de los que destruyó Moisés cuando bajó de hablar con Dios. Deshumanización proveniente de la lavada de cerebro que los gringos daban a lo largo del todo el continente a los latinoamericanos para tenerlos bajo su poder imperialista.
Ninguno de los hijos del Arcángel de la Muerte lo  vio jamás a los ojos. Quizá lo que más temía era que siempre les echara en cara que, pese a que él se los había dado todo, los tres eran unos inútiles. No servían para nada y fueron un fracaso desde el primer momento. Yo hasta los casé, les dí casa y carro y son un desastre. No sé por qué nadie salió a mí. Era la letanía cotidiana para con ellos. El joven de los pelos me dijo: A pesar del cariño que yo le tuve  siempre intuí que con él nunca iba a ser yo mismo porque ser uno mismo era mostrar debilidades que podían ser usadas en un momento de tortura psicológica. Sabía que expresarme era pasaporte para que algo malo me sucediera. Así que aprendí luego el culto al si si está bien, como usted diga, lo único que usted hace vale, nada sirve sólo usted. Culto idolátrico del que me cansé luego y por lo que decidí desterrarlo a él y al resto de mi familia para siempre de mi vida alegando no tener tiempo para verlos por razones de trabajo. La verdad es que no quería ser como ellos y no sabía como desprenderme de ese nexo familiar hasta que descubrí que no era sólo producto de dos padres y me dí cuenta que lo que  nos salvaría sería la otra rama de la que venimos que no podría ser tan vil y que  le daría otros giro a la maldad genética.
Cierta vez el Arcángel de la Muerte dijo a otro de sus hijos: A tus hijos tenés que cuidarlos vos, porque si los secuestran yo no doy ni un centavo y dejo que los descuarticen, así que la culpa vas a tenerla vos y nadie más. Yo no daré jamás mi brazo a torcer. Menos ante esos guerrilleros de mierda. Descubrieron dos  veces a subversivos que iban a secuestrar a dos de los nietos del Arcángel de la Muerte pero como y todos valía cero cuando preguntó el padre sólo le dijo que se callara y que no se metiera en lo que no le importa. Se encogí de hombros como lo hacía siempre simulando indiferencia. Si si está bien, como usted diga, lo único que usted hace vale, nada sirve sólo usted. Así que me callo y punto.
La verdad es que los huevos de decir su opinión, lo que no le parecía y hasta de insultar al Arcángel de la Muerte sólo los tuvo su hija menor, la que fue varias veces diputada, quien se daba hasta el lujo de sacar de la celda a personas que iban a ser torturadas y muertas. Fue el caso de Facundo, el director de teatro con quien trabajé de asistente en la obra El Señor Presidente. Me dijo: Gracias a ella estoy vivo. Una vez que me agarró el Arcángel de la Muerte para matarme me sacó ella misma del Cuartel.
Ni lento ni perezoso fui a contárselo y a preguntarle si era cierto. Si, dijo. Mientras él  metía a diez por una puerta para torturarlos y matarlos, yo saco por lo menos a dos diarios para que sean sólo ocho. Por eso metí a trabajar con él como su supuesta secretaria. Nadie se oponía no sólo porque era la hija del Arcángel de la Muerte y en ese entonces aspirante a diputada sino porque casi nadie estaba de acuerdo con esta metodología que no perdona a ninguno.
Lo que decía ella era cierto. Pese a que el Arcángel de la Muerte fue compañero de banco de Somoza, Pinochet y otros personajes continentales en los cursos que daban los gringos en Panamá y Miami, cuando cayó el dictador nicaragüense y el Arcángel de la Muerte era el “Presidente” de Guatemala acogió a Francisco Urcuyo el sucesor de Somoza y su comitiva, el mismo Arcángel de la Muerte envió por María, la hija de uno de los principales colaboradores de Somoza. Por poco me mata, me dijo cuando la conocí en la Universidad. Me acusaba de guerrillera por mi melena frondosa. Parece que a los militares no les gustan los pelos de nadie, le dije contando la anécdota de los primeros vellos faciales de aquel joven hijo del Arcángel de la Muerte. Pues lo que me salvó fue el anillo que Anastasio le regaló al Arcángel de la Muerte y que llevaba en sus dedos. Eso se lo dio delante de mi papá y yo estaba allí. ¿No se acuerda? Recién llegaban ustedes de estudiar en Panamá, le dije.
Lo que María, ahora destacada en docencia universitaria, dijo era cierto. Lo confirmé en un sueño que tuve antes de salir de Guatemala rumbo a Tegucigalpa por segunda vez. En el mismo, un hombre salido de un retrato antiguo del siglo XIX me habló y dijo que yo me parecía a él, lo cual no dejó de sorprenderme y darme risa porque yo jamás tendría sobre mis labios un bigote antiguo tan frondoso y ridículo. Por esto te escogí para que los nahuales de tu nacimiento estuvieran conectados a la lagartija que elimina la influencia del enemigo, cura enfermedades del cuerpo y del alma, cuenta historias y reivindica la voz de los que llevamos  una vida honrada y decente.
-A mi me hubiera gustado que la familia permaneciera pobre porque éramos gente digna y decente. Pobres pero honrados m ´hijo. En cambio, ahora que hay pisto, gracias a los sobornos que Arcángel de la Muerte ha hecho a algunos de mis hermanos para que se queden callados y no me reclamen, mirá cómo se ha enlodado mi apellido. Hubiera preferido hubieran seguido metidos entre la mierda de caballos que cuidábamos mis hermanos y yo cuando éramos niños porque esa mierda si embarra, se baña y ya.  Pero la mierda del alma no se lava con nada, sobretodo ante tanto dolor del pueblo.  Me cae mal eso porque el Arcángel de la Muerte es del pueblo como lo soy yo, lo fueron mis hermanos, mi tata y mi nana así como los hermanos de él, su tata y su nada. Cuando se muera, lo voy a estar esperando en el infierno para darle una verguiada como nunca le han dado. Lo primero que voy a hacer es darle de trancazos en la morra porque allí fue donde lo tocó el Arcángel Dios cuando se le apareció, según él mismo dice. Dice que le dijo el ser divino que él era el mismo Arcángel de Dios en la Tierra, y que a los dos los había diseñado diosito para salvar al mundo y limpiarlo de porquería. Después de estar en ayuno durante una semana el Arcángel de la Muerte llegó a la conclusión que la porquería a la que se refería su gemelo celestial eran los indígenas que junto a la forma fea de pensar de los católicos había que eliminar. Luego, hizo el plan de tierra arrasada y de fundación de su Iglesia Evangélica, desde donde televisaba cuando era “presidente” el servicio dominical promoviendo la unidad familiar. Por ello siempre empezaba todos sus discursos diciendo “usted papá…. usted mamá… ustedes hijos”. Y por dentro, me dijo cuando me torturaba, oía la voz del ser que se le apreció diciendo: Hijo sí, pero de la gran puta…
Impresionado por el sueño, inmediatamente indagué de quién se trataba el hombre de bigote ridículo con mi abuela Lola.  Lo primero que hizo fue sonreír. Me alegro lo hayas soñado porque ese hombre valía oro. Era íntegro. Rectísimo. Nada que ver el Arcángel de la Muerte, que se volvió ateo en aquellos tiempos con tal de llevarle la contraria cuando lo torturó con sus propias manos. Por eso no me trago el cuento que ahora es Pastor de Iglesia. Mucho menos que se le apareció el Arcángel de Dios para decirle que él era su gemelo. En burla a esa historia, todo mundo le llama el Arcángel de la Muerte. Pero volviendo al señor que soñaste, tené por seguro que si lo está esperando en el infierno para pegarle como cuando no le hacía caso o le faltaba el respeto a él y a la religión católica. Ojalá me muera yo antes que él para poder ver eso. Nada me agradará más que ver cómo recibe algo de lo que se merece porque estoy segura que aquí en la tierra todo quedará impune, como si nada. Como se queda todo.
Como vos el señor bigotón que decís parece sacado de una fotografía del siglo XIX sacaba un Vía Crucis en Viernes Santo… en esa época, la de la Semana Santa, fue cuando el Arcángel de la Muerte lo capturó y lo encerró y mientras lo torturaba le decía: Los curas son unos maricones que usan faldas y camisones porque no tienen el valor de ser travestis. Jesús como tenía carne cogía con Magdalena y lo más probable es que a ésta también se la hayan pasado San Juan y San Pedro. Aseguraba el Arcángel de la Muerte que todos los doce apóstoles formaban una cantina, un burdel o algo parecido. La Virgen María se agarró a otro y resultó embarazada y se inventaron el cuento del  Espíritu Santo y lo más probable es que uno de los ladrones entre los que murió nuestro Señor era amante suyo sino ambos. Jesús no nos salvó de nada porque nadie salva de la naturaleza a la propia naturaleza. Según decía don Arcángel de la Muerte sólo existe la naturaleza. Yo desde que me enteré me pregunto ¿quién hizo la naturaleza, pues? Por eso ese hombre bigotón, dulce y generoso que siempre me dio mi lugar y me respetó como se nota hasta en tu sueño te dice la verdad. Creele y hacé todo lo que él te diga. Amalo, veneralo y respetalo como lo que es... No dudes de él si vuelves a soñarlo y si eso ocurre salúdalo de mi parte y decile que si el Arcángel de la Muerte se muere antes que yo, por favor me espere para darle la verguiada que le tiene preparado delante de mí. Así me voy a quitar la rabia y cólera que tengo desde que me ví obligada a aceptar los caprichos que el imponía al pueblo cuando salía en la televisión. No le puedo perdonar que interrumpiera mis telenovelas. Y es que uno no podía ni protestar porque le quitaban sus programas porque se lo mandaban a tronar.  Decile a ese don que has soñado – si volvés a soñarlo, claro- que lo extraño mucho y que lo que más me hace falta es ir a la Iglesia acompañada de él, aunque ahora lo hace en espíritu. Decile que me salude a su esposa con quien me hubiera gustado vivir más en esta tierra. El se llama Calixto. Fue un gran hombre. Fue guerrillero. Fue mi hijo. Fue tu papá.


A mi regreso a la Montaña Roja del Sur de Tegucigalpa,  había una carta sobre mi escritorio que me había enviado antes de mi regreso Héctor Mario desde Guatemala. Me sentí mal porque por la premura del viaje a Chichicastenango y la búsqueda de detalles para ayudar a culminar la investigación de Max absorbieron todo mi tiempo y no pude ni siquiera saludar a Héctor Mario En ella me informaba de que en España querían enjuiciar al Arcángel de la Muerte. Que siguen buscando al ex ministro de Gobernación y al Director de la Policía en México. Recordé de inmediato cómo se dijo que este era como un chivo expiatorio que no tenía nada que ver con lo ocurrido porque siempre fue cosa de militares pero si la Premio Nóbel así lo quería, así lo iba a tener. Después de todo esa mujer es parte de los entretenidos números del circo llamado Democracia.
Contaba también Héctor Mario de los avances que la Corte Interamericana de Derechos Humanos tenía los casos de Jorge Carpio y la hermana de Cheli, nuestra compañera de estudios en la carrera de Derechos Humanos. Cheli busca por años desesperadamente a su sobrina, arrancada de los brazos de su madre ni bien nació. La mujer estaba embarazada y se esperó naciera el niño como parte de un negocio de venta de niños que el Arcángel de la Muerte tenía en el extranjero. Torturada, violada y asesinada recién parida fue su cadáver tirado al Río Motagua donde apareció, como muchos otros, en estado de putrefacción.
Como había dejado a Héctor Mario encargado de mi trabajo en el Plan Pastoral de Zacualpa me puso al tanto de pormenores y con sorpresa señalaba el paralelismo entre las leyes indígenas y ladinas. Por eso Eleazar, el amante de Cholopo fue azotado públicamente en el Parque bajo la Ceiba. Lo sorprendieron robando los objetos que le lleva a Cholopo en la madrugada y el alcalde decidió darle sólo 30 latigazos de los 50 que merecía. Le destrozaron la espalda y cuando fue a buscar a Cholopo para que le ayudara con sus besos y caricias a sanar las heridas, este lo echó a patadas y decidió irse a pasar una temporada con su prima ninfómana que dice es una periodista víctima de la represión como lo fue Irma Flaquer.
Finalmente, Héctor Mario contó que fue a la cárcel a visitar al padre Túnchez, sentenciado por la muerte de monseñor Gerardi.  No cabe duda que ese hombre es inocente pero esconde algo. Tuvo valor hasta de dejarse acusar de  ser él el que mató a monseñor por celos porque era amante del prelado. Pero tengo la certeza que Dios está en esto porque en todo El Quiché, por ejemplo, la presencia de Monseñor se siente cada vez más y más viva. Pareciera que no lo mataron.
No debiera sorprenderme porque tú sabes que creo en Dios pero es extraño ante la proliferación de tanta secta protestante siguiendo el desarrollo del Plan Rockefeller en cuya esencia se ha pretendido dividir el catolicismo para romper la identidad que da a cualquier pueblo unidad y lo vuelve una verdadera Nación. Recuerda que cuando Rockefeller vino a América Latino y vio la unidad de nuestros pueblos gracias al catolicismo, se alteró porque “el pueblo unido jamás será vencido” y podríamos toda Latinoamérica hacer frente al imperio del Norte aunque ni siquiera hubiese necesidad porque con tanto inmigrante hispano la derrota de los gringos se daría en su propio territorio.
El Arcángel de la Muerte se prestó a ese plan y quiso exterminar al pueblo de distintas maneras. Una de ellas fue masacrando aldeas completas. Desapareciendo poblaciones completas. Arrasando con todo para dejar la tierra sin sus legítimos habitantes. Pero no contaba con que los mismos gringos iban a aburrirse y al pasar el tiempo a fijar más su atención en otras áreas como Medio Oriente donde los ocupa el petróleo. Además, la Perestroika hizo lo suyo y el circo, como dice el mismo Arcángel de la Muerte, se llamó Democracia y en el mismo los gringos, antes propiciadores de las matanzas y masacres ahora se visten con el traje de defensores de los Derechos Humanos y reclaman a nombre de los muertos y masacrados. ¡Vaya si la gran prostituta apocalíptica no es una realidad en nuestros tiempos!
Y cómo no pensar en esa prostituta cuando el Arcángel de la Muerte  ha entrado al Circo para protagonizar la Democracia con ese su partido donde él quiere ser Presidente y su hija, diputada. Su objetivo es burlarse de la historia haciendo que el pueblo masacrado le de sus votos... que la gente crea que los métodos del pasado son los que sarán paz y seguridad... que los preceptos bíblicos son los que regirán la Nación. Ha creado hasta una nueva mitológica donde en un sueño se le apareció un arcángel que le dijo que él era su gemelo, un  arcángel encarnado que se encargaría de salvar al pueblo. No cabe duda que el Plan Rockefeller ha hecho estragos y dado resultado según sus ideólogos.
El Arcángel de la Muerte con dicho Plan en la mano no le queda de otra que arrasar y masacrar ahora desde el púlpito. Fundó su Iglesia con financiamiento internacional metiéndose también con otro vestido al Circo de la Democracia. Pero como la voluntad superior existe, la luz no se apaga aunque parezca extinguirse. Es por ello que los cuartos de tortura se han vuelto ahora capillas y la memoria histórica se ha llenado de detalles de mal gusto (en el decir de Sor Juana).
Ante el plan Rockefeller, ante tanto dolor y miseria que debiera haber mermado al pueblo, en este circo de la democracia latinoamericana donde los únicos huevos que parecen bien puestos son Cuba y Fidel; Venezuela y Chávez,  me sorprende ver –repito- lo vivo que está Monseñor Gerardi y es que como tú me dijiste que alguna vez te dijo Juan, el dueño de Chichirancho Nunca nos vencieron. Creyeron nos conquistaron pero no fue así. La Iglesia Católica de Santo Tomás no es Iglesia Católica sino la piedra ancestral. Los santos no son santos sino signos de nuestros creadores. Los que mandan no mandan sino nosotros. Ahora podríamos decir en vez de Iglesia Católica, Evangélica y en vez de santos, también católicos, el fanatismo sectario. Los que mandan no mandan sino nuestros ancestros, nuestra verdad.
Pese a ello el pueblo está estúpido ante tanto dolor. Tanta mutilación de sus hijos, tanta herida a la tierra al arrancarle sus hijos como se arrancan los árboles y se deforesta... ha hecho que el pueblo se quede tonto, dormido, anestesiado... al cuidado de lo superior de lo que Monseñor Gerardi vivo como se le percibe es la señal más notoria. Yo así lo veo como veo una señal en la hija de Juan, a  quien al verla dar sus primeros pasos y por su nombre propio me hacen pensar que el Sol y la Luna se tornaron niños después de la muerte del pueblo y vuelven a andar iniciando  un nuevo ciclo para esta raza indómita cuya sangre nutrió las capillas de tortura de Zacualpa.
Te extraño y te recuerdo desde tu tierra Guatemala. Vuelve pronto.
Tu director de teatro, Héctor Mario”.

FIN DE LA SEGUNDA PARTE
Tegucigalpa, Honduras, Viernes  Santo, 25  de marzo 2005 (2:50 hrs)


El es el director de Teatro Hector Mario Solis a quien incluye el autor de esta novela de manera ficticia en esta novela como un homenaje al cambio que tuvo en su carrera teatral, gracias a su influencia. Ademas, Hector Mario estimulo muchísimo al autor para que se especializada en Derechos Humanos y fuera, por ello, declarado Agente de la Paz por las Universidad de San Carlos y Landivar para, luego, en Honduras empezar a perfilarse como Embajador Cultural de la Paz.